Quizá porque el submarinismo favorece la evasión de la rutina y el estrés acumulado en el día a día, gana adeptos año tras año. Además, es uno de los deportes acuáticos más completos. Bajo el agua, el silencio y la tranquilidad lo envuelven todo. La ausencia de sonido sólo se ve perturbada por el burbujeo del regulador y la respiración, que se vuelve lenta y profunda. Bajo el mar, todo sucede despacio. Sin el lastre de la gravedad, con cada aleteo, la sensación de paz y sosiego es única.