Si hay una época del año en la que apetece darse un chapuzón es sin duda en verano. Aunque las playas suelen ser la elección por excelencia, cada vez hay más gente que prefiere otros lugares para bañarse, relajarse y tomar el sol sin la más que previsible masificación habitual de las zonas costeras. Entre valles y montañas, a la orilla del río o en parajes recónditos existen auténticos paraísos para refrescarse: las playas fluviales.