El gran río alcanza su cenit en el delta, un paraje rebosante de vida y serenidad. El Parque Natural del Delta del Ebro desprende una belleza sobrecogedora donde el tiempo parece haberse detenido.

El Ebro extiende sus dominios entre los humedales que reflejan como espejos el vuelo de las aves. El caudal del río es inmenso. Henchido de agua, serpentea tejiendo un hermoso manto verde que logra su perfección en el delta donde confecciona uno de los parajes más hermosos del Mediterráneo.

 

Si hay una época del año en la que apetece darse un chapuzón es sin duda en verano. Aunque las playas suelen ser la elección por excelencia, cada vez hay más gente que prefiere otros lugares para bañarse, relajarse y tomar el sol sin la más que previsible masificación habitual de las zonas costeras. Entre valles y montañas, a la orilla del río o en parajes recónditos existen auténticos paraísos para refrescarse: las playas fluviales.

El Parador de la Seu D’Urgell es uno de los ocho restaurantes que participan en la sección El Joc a Taula (El juego en la mesa) programada dentro del Festival del Joc del Pirineu (Festival del Juego del Pirineo), que se celebrará en la localidad leridana los días 1, 2 y 3 de abril. Un evento que persigue vivir con actitud lúdica un fin de semana y disfrutar de un montón de propuestas diferentes y especiales para compartir con amigos, con familia y con uno mismo y dentro del cual los restaurantes ofrecerán u

Dicen que Asturias posee algunos de los parajes naturales más bellos de España y que es en otoño cuando cobran su máximo esplendor y se muestran, si cabe, más hermosos. Tonos cobre, anaranjados, rojizos y dorados tiñen el paisaje, que en esta época desprende el característico olor a tierra mojada por el orbayu, esa lluvia fina, casi imperceptible, que todo lo empapa.

Inculcar en los más pequeños la importancia de una alimentación sostenible, a la par que se ofrece una atractiva alternativa de ocio en el periodo otoñal orientada al turismo familiar, es el objetivo de los talleres de cocina para niños que Paradores va a poner en marcha el próximo mes de noviembre.

Solo sobrevolar el cabo Fisterra permite acercarse un poco a la desafiante orografía de A Costa da Morte, que se entrega con altivez a la fiereza del indomable Atlántico. De sus peligros saben los navegantes que no pierden de vista los faros. De la fuerza de las olas hablan sus playas, de arena fina y blanca, que nos regalan uno de los paisajes con más hechizo de la cornisa gallega.  Se trata de una aventura senderista de 200 kilómetros que, desde Malpica a Cabo Finisterre, pretende avistar el final del mundo.