Si hay una época del año en la que apetece darse un chapuzón es sin duda en verano. Aunque las playas suelen ser la elección por excelencia, cada vez hay más gente que prefiere otros lugares para bañarse, relajarse y tomar el sol sin la más que previsible masificación habitual de las zonas costeras. Entre valles y montañas, a la orilla del río o en parajes recónditos existen auténticos paraísos para refrescarse: las playas fluviales. Inmersos en la naturaleza, ya sean embalses, cascadas, playas de agua dulce, piscinas naturales o manantiales, se convierten en la mejor opción de quien no le teme al agua a temperaturas algo más bajas y busca la paz perdiéndose entre el bosque y paisajes naturales. Una opción que gana adeptos entre los amantes del medio natural, lejos del bullicio estival de los municipios de costa.
Embalse de Alloz
El color azul turquesa tiñe las aguas del Embalse de Alloz, uno de los más importantes de Navarra. Ubicado en un punto privilegiado entre los valles de Yerri y Guesalaz, a escasos kilómetros de Estella, es el lugar ideal para realizar deportes acuáticos. Además, los bañistas pueden disfrutar de las playas fluviales de Lerate y Ugar, totalmente equipadas y acondicionadas para brindar todo el confort necesario a sus visitantes. Muy cerca, aguarda el majestuoso Palacio-Castillo Primitivo de Olite, declarado Monumento Nacional. A tan solo media hora del pantano, el palacio constituye el ejemplo más importante del gótico civil de Navarra, y uno de los más notables de Europa.
Lago de Sanabria
La provincia de Zamora esconde el lago glaciar más grande de España y de toda la península ibérica: el lago de Sanabria. A pesar de su gélido origen, durante el verano la temperatura del agua es muy agradable convirtiendo sus distintas playas fluviales en un reclamo de excelencia. Entre las más populares, destacan: Arenales de Vigo-Los Enanos, El Folgoso, Custa Llago y Viquiella, todas con un ecosistemas muy diversos. Sus alrededores invitan a practicar senderismo y admirar hermosas cascadas. A doce quilómetros del lago, reposa el Parador de Puebla de Sanabria. Es una ventana abierta a la naturaleza en un entorno de paz y con vistas espectaculares. Sin duda, la mejor elección para una descubrir los encantos de la zona.
Embalse de Iznájar
Aunque se puede disfrutar en cualquier época del año, en verano, el embalse de Iznájar, a los pies del parque natural Sierras Subbéticas, es un auténtico paraíso donde sobrellevar las altas temperaturas que dan fama a Andalucía. Situado entre las provincias de Córdoba, Granada y Málaga, el pantano presume de ser el más grande de la comunidad autónoma y de cobijar una enorme diversidad de flora y fauna que merece la pena descubrir. Para los más inquietos, no faltan múltiples actividades acuáticas para culminar la experiencia. Sobre el monte Gibralfaro y frente a la alcazaba, rodeado de pinos, se encuentra el Parador de Málaga Gibralfaro. Desde allí se divisa la bahía y una perspectiva única de la ciudad.
Playa Fluvial A Calzada
En tierras gallegas sorprende otra maravilla natural: la playa fluvial de A Calzada. Una zona de baño excepcional formada por una presa de piedra en un bosque de ribera de abedules, castaños y robles en la provincia de Pontevedra. En 2015 recibió la merecidísima (y única) bandera azul fluvial de toda España. El Parador de Pontevedra hace más fácil la oportunidad de redescubrir el casco histórico de la ciudad y deleitarse con la gastronomía local.
Chorreras del río Cabriel
Cascadas, hoces, pozas, saltos de agua y pequeñas playas fluviales conforman las Chorreras del río Cabriel, un maravilloso enclave de aguas cristalinas que merece el reconocimiento de auténtico escenario de película. A unos 80 kilómetros de Cuenca, en el municipio de Enguídanos, se esconde este fantástico paraje que sorprende a todos sus visitantes. Y, por si fuera poco, mirando a las conocidas casas colgantes, se erige el Parador en el Convento de San Pablo. La mejor opción para descansar a placer de la magia de una ciudad, Patrimonio de la Humanidad, plagada de bellos rincones.
Lagunas de Ruidera
En el Alto Valle del río Guadiana, entre las provincias de Ciudad Real y Albacete, se encuentra el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Un conjunto de 15 lagunas repletas de miradores, cascadas, playas naturales y aguas cristalinas, que suman unos 30 kilómetros de extensión y regalan un auténtico espectáculo para los sentidos. Cerca de la ciudad se encuentra el Parador de Albacete, que brinda a sus huéspedes la posibilidad de hacer de su estancia una experiencia única. Los amantes del golf podrán disfrutar del campo de Pitch&Putt de 9 hoyos y el Putt Green del Parador, sin olvidar otro gran reclamo: las delicias de la cocina manchega.