Si hay una época del año en la que apetece darse un chapuzón es sin duda en verano. Aunque las playas suelen ser la elección por excelencia, cada vez hay más gente que prefiere otros lugares para bañarse, relajarse y tomar el sol sin la más que previsible masificación habitual de las zonas costeras. Entre valles y montañas, a la orilla del río o en parajes recónditos existen auténticos paraísos para refrescarse: las playas fluviales.

Fantasmas ingleses, terremotos históricos, ruinas enterradas en la arena, ecos de naufragios, historia del cine… A menudo ignoradas y no reconocidas por su importante labor de preservación ecológica, las dunas del litoral español esconden parajes de leyenda.