Durmiendo en un castillo: un viaje de ensueño por Paradores
14 de Mayo 2025

¿Te imaginas retroceder en el tiempo y dormir entre murallas que han sido testigos de siglos de historia? Embárcate en una travesía memorable por los Paradores donde la historia cobra vida y cada alojamiento, impregnado de encanto histórico, te envuelve con la calidez de una estancia inolvidable. Desde fortalezas imponentes hasta palacios reales, cada destino guarda leyendas, arquitecturas impresionantes y una gastronomía que deleitará todos tus sentidos. Embárcate en esta travesía mágica por tres de los castillos más espectaculares del país y haz que tus sueños tengan sabor a historia. ¡Acompáñanos!

 

El Parador que guarda la historia de Castilla

 

El Parador de Ciudad Rodrigo es mucho más que un alojamiento histórico; es un testigo silencioso de los avatares de Castilla. Su origen se remonta a 1372, cuando Enrique II de Castilla, tras el asedio y pacificación de la ciudad en la guerra con Portugal, ordenó la reconstrucción de la fortaleza. Ubicado junto al río Águeda y estratégicamente próximo a la frontera, su diseño sigue el modelo tradicional de los castillos leoneses: una imponente torre cuadrada rodeada por un recinto con cubos de cal y canto, esquinas reforzadas y murallas coronadas por almenas y matacanes. La parte más antigua, el recinto interior, está presidida por la majestuosa torre del homenaje, el auténtico núcleo del alcázar. A lo largo del siglo XV, la fortaleza fue protegida por murallas urbanas y más tarde, un segundo perímetro amurallado ovalado rodeó la ciudad, dando forma a la actual ubicación del Parador. Durante conflictos como la Guerra de Sucesión y la de Independencia, el castillo volvió a sufrir graves daños, hasta su restauración en 1928. Despojado de su función militar, albergó primero el museo regional antes de convertirse, por iniciativa municipal, en Parador en 1931.

El Parador de Ciudad Rodrigo destaca por su impresionante torre del homenaje, una robusta estructura de 17 metros de lado que domina el centro del recinto. Sus almenas le otorgan una presencia imponente, mientras que los arcos góticos gemelos en su fachada añaden un toque de refinamiento medieval.

Pero el viaje a este lugar no solo es un recorrido por la historia, sino también una experiencia gastronómica sublime. Con las dehesas salmantinas como fuente de ingredientes, el Parador ofrece lo mejor de la cocina charra, con productos como el cerdo ibérico y la ternera morucha como protagonistas. Desde embutidos artesanales y asados suculentos hasta el icónico jamón de bellota de Guijuelo y el famoso farinato, cada bocado es una delicia para el paladar.

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Siglos de historia en una imponente fortaleza

 

Con Cardona a tus pies y los Pirineos recortándose en la distancia, te sentirás como un auténtico conquistador, tal como lo fue Carlomagno al recuperar este territorio. El Parador de Cardona se encuentra en uno de los conjuntos medievales más imponentes de Cataluña, una fortaleza que ha ido enriqueciendo su legado a lo largo de once siglos, con torres, murallas góticas, un foso imponente y otros elementos que han marcado su historia. Entre sus tesoros arquitectónicos destacan la galería de arcos apuntados, un deleite para los apasionados de la historia y el arte, y la torre Minyona, una atalaya cilíndrica de 10 metros que, según la leyenda, sirvió de prisión para la hija de los señores de Cardona, encerrada para impedir su amor con un joven musulmán.

Pero más allá de las historias y mitos, la verdadera experiencia se vive en su restaurante, donde podrás disfrutar de una carta medieval excepcional. Bajo sus majestuosos arcos ojivales, el sabor de la tradición cobra vida en platos con carácter y elaborados con productos locales: desde las distintas preparaciones del bacalao con brandada hasta la escudella, pasando por el surtido de embutidos catalanes acompañado de pan de coca de vidre y tomate de “penjar”, las verduras escalivadas y el suquet de mariscos con bogavante. Salir del Parador será difícil, pero el entorno invita a seguir explorando.

El casco histórico de Cardona, declarado Bien Cultural de Interés Nacional, es un destino imprescindible, con su papel estratégico en la frontera de Al Ándalus. También podrás maravillarte con la Montaña de Sal, un fenómeno natural de inmenso valor en épocas pasadas. Y con la primavera desplegando su magia, es el momento ideal para recorrer los impresionantes monumentos románicos, como la Fuente del Cardener, o aventurarte en una caminata o ruta en bicicleta por el Parque Natural de Montserrat. Una oportunidad única para sumergirse en el encanto de la historia y la naturaleza.

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Una fortaleza con encanto

 

Dicen que las apariencias pueden ser engañosas, y el Parador de Zafra es prueba de ello. Su imponente estructura fortificada, con sus nueve torres, da la impresión de ser un recinto austero y medieval, pero tras sus muros se descubren interiores modernos y elegantes que logran una armoniosa fusión con la historia que ha acumulado a lo largo de los siglos. Este equilibrio queda reflejado en los exquisitos artesonados, los delicados herrajes y los pasamanos que narran su pasado. No es una exageración afirmar que, al alojarte aquí, compartirás el mismo entorno que Hernán Cortés, ya que esta fortaleza, que en su día fue alcázar, palacio de los Duques de Feria y fortaleza musulmana, tuvo entre sus huéspedes al célebre conquistador.

Antes de perderte en el laberinto de calles de la antigua y amurallada Zafra, donde podrás descubrir joyas como la Colegiata de Santa María de Candelaria, el Monasterio de Santa Clara, el Convento de Santa Catalina o las iglesias de Santa Marina, recarga energías en el restaurante del Parador. La oferta culinaria promete una experiencia deliciosa: desde las tradicionales migas del pastor con huevos, chorizo y panceta, hasta la cazuela de bacalao con pisto, la caldereta de cordero con denominación de origen Corderex o el solomillo ibérico con Torta de Barros. Y para el broche final, nada mejor que los corazones de obispo del convento de las Clarisas, los higos de Almoharín sobre nata o la tarta de bellota. Un festín difícil de olvidar.

Una vez explorado el casco histórico, te sentirás tentado a aventurarte aún más lejos, sobre todo si disfrutas de la naturaleza en tus viajes. El Parque de Cornalvo te ofrece la oportunidad de recorrer rutas fascinantes, y en los alrededores encontrarás majestuosas sierras, como la de Hornachos, la de Tentudia o la de Aracena. Un entorno perfecto para desconectar y sumergirse en paisajes únicos esta primavera.

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