Algunos Paradores son más que simples alojamientos, son auténticas cápsulas del tiempo que albergan una riqueza cultural e histórica inigualable. Entre sus paredes, objetos que han sobrevivido a los años cuentan historias que, aunque puedan provocar un ligero escalofrío, nos invitan a explorar las intrigas y leyendas que han dado forma a nuestro pasado. Desde pinturas antiguas que parecen cobrar vida hasta utensilios cotidianos cargados de significado, cada pieza se convierte en un testigo silencioso de épocas pasadas.
En este artículo, desvelaremos algunos de estos objetos fascinantes y las narrativas que los acompañan, ofreciendo una perspectiva intrigante y enriquecedora que nos conecta con la historia de una manera única. Prepárate para descubrir cómo lo extraordinario se esconde en lo cotidiano en estos emblemáticos Paradores.
Una celda, un escritorio y una silla
Según la historia, la leyenda de doña Blanca comienza con su matrimonio con el rey Pedro I el Cruel en Valladolid, donde, tras tres noches de bodas, él la repudia y se fuga con su amante, María de Padilla. Para mantenerla bajo control, la encierra en el Castillo de Sigüenza durante cuatro años. Después es trasladada a Jerez y, más tarde, a Medina Sidonia, donde muere joven en circunstancias misteriosas.
Se dice que, después de esos años de encierro y tristeza, su fantasma regresó al castillo, hoy el Parador de Sigüenza. De su estancia queda la celda con una silla y un escritorio, réplica de los que un día estuvieron allí. La celda, ubicada en el salón de Doña Blanca, en el ala derecha del Parador puede ser visitada por los huéspedes a través de las visitas organizadas por el Parador.
La tumba de los Reyes Católicos
Los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, conquistaron Granada en 1492, poniendo fin al Reino Nazarí de Granada. Después de la conquista, decidieron construir un convento cristiano en la Alhambra, sobre un antiguo palacio nazarí. Este convento, conocido como el Convento de San Francisco, fue el lugar designado para albergar la primera sepultura de los monarcas.
Tras la muerte de la Reina Isabel en 1504, su cuerpo fue trasladado desde Medina del Campo a Granada y depositado provisionalmente en este convento. Posteriormente, cuando el Rey Fernando falleció en 1516, sus restos también fueron llevados al convento. Finalmente, en 1521, los cuerpos de los Reyes Católicos fueron trasladados a la Capilla Real de Granada, donde reposan hasta el día de hoy.
El Parador de Granada, que ocupa el antiguo convento, conserva elementos históricos como el patio original transformado en claustro, la sala árabe y la qubba, un magnífico mirador al Generalife. Bajo esta cúpula se encuentran las tumbas provisionales de los Reyes Católicos.
Esculturas que conectan con el pasado
Las esculturas de animales en el Parador de Ávila, ubicado en el antiguo Palacio de Piedras Albas, tienen un significado histórico y cultural. Estas esculturas incluyen sarcófagos, pilas bautismales y un verraco del siglo V a.C.
El verraco, en particular, es una escultura de un toro que era común en la cultura celta y romana, y se utilizaba como símbolo de protección y fertilidad. Se dice, además, que el verraco es una manifestación escultórica de la cultura de los castros prerromana, no se sabe 100% su significado, pero una posible interpretación era que contenían los espíritus de los animales con función apotropaica, es decir, de protección de caminos y personas.
El jardín del Parador también alberga restos arqueológicos que reflejan la rica historia de la región. Estas esculturas y elementos arqueológicos no solo embellecen el entorno, sino que también ofrecen una conexión tangible con el pasado, permitiendo a los visitantes apreciar la historia y la cultura de Ávila.
Estelas romanas
En el Parador de Cáceres podemos encontrar una estela romana. Esta pieza típica arqueológica del siglo II contiene una inscripción original que proporciona información sobre la vida y la muerte de una persona de la época.
Las estelas como esta eran comunes en la antigüedad y se utilizaban para conmemorar a los difuntos, a menudo, incluyendo detalles sobre su familia, logros y estatus social. Es un recordatorio tangible de la rica historia romana en la región y ofrece una conexión directa con el pasado.
Un cementerio árabe en Tortosa
En el castillo de la Zuda se ubica, desde 1976, el Parador de Tortosa. Es un edificio de nueva planta integrado en el conjunto de un castillo cuyo nombre, Zuda, hace referencia al gigantesco pozo que mandaron construir allí los árabes al convertirlo en alcazaba en el siglo X.
De esa época queda el cementerio, el único al descubierto de Cataluña y el trazado de las murallas.
En el castillo apareció, en 1973, una lápida funeraria. Es la pieza arqueológica más destacada de la necrópolis árabe del castillo, una de las más importantes de Cataluña. Se trata de un personaje ilustre, el gobernador Qaid Abd Al-Salamb, que murió el 7 de enero del 961. La lápida es de mármol con una bella escritura cúfica de traza florida en altorrelieve que menciona la vida más allá de la muerte y a preceptos religiosos coránicos.
Elementos arquitectónicos que cuentan historias
Los capiteles románicos del Parador de Cangas de Onís narran la historia de Favila, el segundo rey de Asturias e hijo de Don Pelayo. Representan momentos clave de su vida, como la despedida de su esposa y su trágica muerte a manos de un oso.
Estos capiteles son más que obras de arte, son una narración visual de eventos históricos significativos que reflejan la vida de uno de los primeros reyes asturianos. El Parador se ubica en el antiguo monasterio de San Pedro de Villanueva, fundado por el rey Alfonso I en el siglo VIII, aunque el edificio actual data principalmente de los siglos XII y XIII.
Los capiteles no solo cuentan la historia de Favila, sino que también ilustran escenas bíblicas y la vida cotidiana medieval, ofreciendo una ventana al pasado en una época en la que muchos eran analfabetos. Favila es recordado por su muerte violenta mientras cazaba un oso, un acontecimiento que marcó la historia temprana del reino de Asturias.
La mezcla de historia y arte en los capiteles del Parador de Cangas de Onís convierte a este lugar en un sitio único para los amantes de la historia y la cultura. Alójate en nuestros Paradores y conoce as historias de primera mano.