Una habitación de leyenda en el Parador de Alarcón
10 de Septiembre 2024

Las habitaciones de Paradores son mucho más que simples lugares para dormir. Son espacios cargados de historia, que han sido escenario de vivencias de personajes notables a lo largo de los siglos, como reyes, princesas, artistas y escritores.

Más allá de sus comodidades, cada habitación conserva historias únicas que la distinguen. En este artículo te invitamos a sumergirte en estos relatos escondidos, que, en esta ocasión, nos lleva al Parador de Alarcón, donde una de sus estancias guarda la esencia de épocas pasadas.

 

Parador de Alarcón

 

¿Quién la hizo especial?

 

Considerado uno de los castillos más bellos y mejor conservado de Cuenca, esta fortaleza fue un lugar estratégico durante toda la Edad Media. Lugar codiciado por aragoneses y castellanos, tuvo reputados huéspedes y dueños que culminaron con la entrada de Don Juan Manuel en 1282, el protagonista de nuestra historia.

Hombre de armas, política y letras, fue uno de los personajes más importantes de la literatura medieval. Sobrino del rey Alfonso X el Sabio, reconstruyó este castillo en el que pasó largas temporadas y donde pudo escribir algunas de sus mejores obras como el perdido libro de la Caballería, El Conde Lucanor o el libro de Patronio.

 

Habitación dedicada a Don Juan Manuel en el Parador de Alarcón

 

Una habitación privilegiada

 

En la cima de la Torre del Homenaje del Castillo se encuentra la habitación 106, dedicada al Infante Don Juan Manuel.

La estancia destaca por su techo y su bóveda de medio punto que se eleva desde el suelo y que dota a la habitación de un ambiente mágico de fortaleza medieval. Su característica más personal, y que hace de ella una habitación única, es el acceso privado a la antigua almena vigía inferior de la Torre, desde la cual se puede disfrutar de las inmejorables vistas que este Parador, con encanto, obsequia a quien en ella se aloja.

 

Entrada al Parador de Alarcón

 

El Parador

 

Esta fortaleza fue baluarte de los árabes y, desde 1184, del cristianismo. Situado en lo alto de una de sus hoces, fue un lugar estratégico durante toda la Edad Media.

Su aspecto actual de estilo gótico (excepto la renacentista torre del homenaje) fue estructurado en torno a un pequeño patio interior con aljibe para asegurar el agua a sus habitantes. Su exterior está rodeado por tres líneas de muralla originales que lo unen al resto de fortificaciones de la villa de Alarcón donde culminan con almenas.

Por otra parte, su interior, fue adaptado a las necesidades del Parador y algunas dependencias internas tuvieron que ser reconstruidas. El Parador de Alarcón conserva ese estilo moderno y clásico donde las telas acentúan ese carácter que, junto a sus paredes y techos de piedra, te trasladan a la época medieval.

Si tienes pensado realizar una escapada al Parador de Alarcón, no dudes en preguntar por esta habitación tan llena de historia, que hará de tu estancia en el Parador, una experiencia única.

 

Vista nocturna Parador de Alarcón

 

QUIERO RESERVAR EN EL PARADOR DE ALARCÓN