Nos embarcamos en un viaje sensorial a través de los Paradores, donde cada rincón cuenta una historia y cada experiencia despierta tus sentidos. Imagina el suave murmullo del viento en un castillo centenario, el sabor de la gastronomía local que se funde en tu paladar y el olor de la naturaleza que te envuelve en un abrazo cálido. Desde la majestuosidad de los paisajes hasta la serenidad de los entornos, cada Parador te invita a explorar un mundo de sensaciones. Prepárate para dejarte llevar y vivir un viaje donde la vista, el olfato, el gusto, el tacto y el oído se entrelazan en una sinfonía inolvidable. Tu aventura sensorial comienza aquí.
Un viaje sonoro
Desde el canto de los pájaros en los jardines hasta el eco de las olas en la costa, cada sonido te transportará a un mundo de emociones y recuerdos. Un ejemplo claro es el Parador de Cazorla, ubicado en el Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Este Parador se sitúa en el corazón del mayor espacio natural protegido de España, uno de los destinos más frecuentados por los amantes de la naturaleza. Su impresionante paisaje, caracterizado por montañas escarpadas y ríos que moldean valles, cañones y gargantas, ofrece un entorno cautivador.
En este entorno, te envolverá una rica variedad de sonidos. El canto de aves como los ruiseñores y las águilas reales se entrelazan en una sinfonía natural que te sumerge por completo en la belleza del paisaje. El murmullo del agua, los ríos y cascadas que atraviesan el parque, como el río Guadalquivir en su tramo alto, producen un sonido relajante y constante, perfecto para desconectar del ruido urbano. El viento entre los árboles, la brisa que pasa a través de los densos bosques de pinos y encinas ofrece un suave susurro, añadiendo una capa de serenidad a la experiencia auditiva.
RESERVAR EN EL PARADOR DE CAZORLA
La diversidad de sus escenarios lo convierte en el lugar perfecto para los entusiastas del senderismo, el cicloturismo, los deportes acuáticos y aéreos, así como la escalada. El Parador es el refugio ideal para relajarse tras un día lleno de aventuras.
RESERVAR EN EL PARADOR DE BIELSA
Otros Paradores perfectos para trabajar el sentido del oído son el Parador de Bielsa, que ofrece una experiencia auditiva única gracias a su ubicación en medio de la naturaleza salvaje. El río Cinca, cercano al Parador, crea un sonido relajante y constante que acompaña tu estancia. La brisa que pasa por los densos bosques de pinos y hayas ofrece un suave y calmante susurro y no podemos dejar de lado a su inmensa fauna local. También debemos mencionar el Parador de Cangas de Onis, que ofrece un entorno tranquilo donde el sentido del oído puede ser muy apreciado. El río Sella con su murmullo constante o el cantar del petirrojo y el mirlo configurarán una melodía que llevarás contigo en cada paso.
RESERVAR EN EL PARADOR DE CANGAS DE ONIS
Un festín visual
Hay destinos en España que son verdaderos espectáculos visuales, y algunos de ellos son simplemente impresionantes. Desde la majestuosa silueta del Teide, que domina el paisaje canario, hasta las montañas y valles que envuelven la Cruz de Tejeda, cada rincón ofrece vistas deslumbrantes. Los desfiladeros de Ronda, con su belleza, son otro ejemplo de miradores naturales que permiten contemplar la grandeza del entorno. En estos lugares, la naturaleza despliega su esplendor, invitándonos a maravillarnos con cada panorámica.
El Parador de Las Cañadas del Teide ofrece algunas de las vistas más impresionantes de España. Situado a una altitud de unos 2,000 metros sobre el nivel del mar, en el corazón del Parque Nacional del Teide, este Parador permite a los visitantes contemplar un paisaje volcánico único y majestuoso.
Tienes una vista privilegiada del volcán Teide, que se alza imponente con sus 3,718 metros, siendo el pico más alto de España. Además, el paisaje circundante está compuesto por formaciones rocosas sorprendentes, cráteres antiguos, y vastos campos de lava que crean un escenario casi lunar.
Por la noche, la ubicación del Parador es ideal para la observación de estrellas. El cielo claro y la mínima contaminación lumínica permiten ver constelaciones, planetas y, en ocasiones, la Vía Láctea con una claridad excepcional. La experiencia de mirar hacia el cosmos desde este punto elevado y remoto es verdaderamente mágica.
RESERVAR EN EL PARADOR DE LAS CAÑADAS DEL TEIDE
El Parador de Cruz de Tejeda se encuentra situado en un punto privilegiado de Gran Canaria, ofreciendo algunas de las vistas más portentosas de la isla y sus alrededores. Desde este Parador, los huéspedes pueden disfrutar de una panorámica inigualable del paisaje volcánico y montañoso que caracteriza a esta región. Una de las vistas más emblemáticas es la del Roque Nublo, una formación rocosa icónica que se eleva majestuosamente sobre el terreno. Esta roca, uno de los símbolos naturales más reconocidos de Gran Canaria, parece un guardián eterno vigilando el horizonte.
Uno de los momentos más esperados es el atardecer, cuando el sol desciende lentamente sobre el océano, pintando el cielo con una paleta de colores cálidos que van del naranja al púrpura. Este espectáculo natural ofrece un cierre perfecto para un día de exploración y disfrute del entorno.
RESERVAR EN EL PARADOR DE CRUZ DE TEJEDA
El Parador de Ronda está situado en un emplazamiento espectacular, justo al borde del famoso Tajo de Ronda, un desfiladero profundo que divide la ciudad de Ronda en dos. Desde el Parador de Ronda, los huéspedes pueden disfrutar de una vista panorámica del Puente Nuevo, una impresionante obra de ingeniería que se alza sobre el desfiladero.
El Tajo de Ronda en sí mismo es una maravilla visual. El desfiladero, de unos 120 metros de profundidad, ofrece una vista impresionante de las formaciones rocosas y la vegetación que crece en sus escarpadas paredes. Desde el Parador, los visitantes pueden admirar cómo el río Guadalevín serpentea a través del fondo del cañón, añadiendo un elemento dinámico a la escena.
Los atardeceres desde el Parador de Ronda son particularmente espectaculares. Al caer la tarde, los colores del cielo cambian, bañando el paisaje en tonos de naranja, rosa y púrpura. La luz del sol que se refleja en las paredes del desfiladero y el puente, crean un espectáculo visual que es difícil de olvidar.
RESERVAR EN EL PARADOR DE RONDA
Aromas con tradición
El olfato juega un papel crucial es nuestra próxima travesía. Cáceres y Chinchón, ofrecen una experiencia sensorial única que va más allá de la vista y el oído. Adentrarse en las calles empedradas y los edificios antiguos de estos lugares es como viajar en el tiempo.
En Cáceres, el aroma de la piedra antigua que ha soportado siglos de historia se mezcla con el olor a musgo y la tierra húmeda de sus murallas y calles medievales. Los mercados y plazas, donde se han comerciado bienes durante generaciones, todavía conservan ese aroma a especias y productos locales que evocan épocas pasadas. El Parador de Cáceres, dentro de todo este ambiente, es un lugar desde donde explorar y conocer de primera mano cada uno de los aromas.
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Por otro lado, en Chinchón, donde el ambiente rural y el olor a madera vieja de sus casas y balcones te transportan a tiempos remotos. En la Plaza Mayor, la esencia de los platos tradicionales, cocinados con recetas transmitidas de generación en generación, llena el aire, recordando a los visitantes la rica herencia gastronómica y cultural del lugar. El Parador de Chinchón es ese rincón desde donde oler cada una de esas fragancias y trasladarte a épocas pasadas.
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Ambas localidades son un festín olfativo, donde cada esquina, edificio y plaza cuenta historias a través de sus olores, envolviendo a los visitantes en una atmósfera de nostalgia y conexión con el pasado.
Texturas y sensaciones
Explorar a través del sentido del tacto te permite viajar en el tiempo, conectando físicamente con la historia a través de la arquitectura que ha resistido el paso de los siglos. Hay lugares que no solo ofrecen una vista impresionante y sonidos evocadores, sino que también permiten sentir la textura de su historia en cada esquina.
En Ciudad Rodrigo, el tacto de las antiguas murallas y las piedras desgastadas de los monumentos medievales nos transportan a una época de caballeros y batallas. Tocando los muros del Parador de Ciudad Rodrigo, una fortaleza del siglo XIV, se siente la solidez y la fuerza de una construcción que ha protegido a la ciudad durante siglos.
Otro de los elementos que nos transmite la rica historia de Ciudad Rodrigo es su catedral, construida entre los siglos XII y XIV. Un magnífico ejemplo de arquitectura gótica que alberga una rica colección de arte y reliquias.
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El castillo convertido en el Parador de Alarcón, invita a los visitantes a acariciar las paredes de piedra y sentir la rugosidad y las marcas del tiempo. Al tocar los muros del castillo, se puede imaginar la vida que bullía en sus interiores hace cientos de años, cuando los señores feudales gobernaban estas tierras.
Recorrer los patios y jardines del Parador permite sentir la suavidad del césped y la textura de los bancos de madera, que contrastan con la dureza de las estructuras de piedra. En las habitaciones, los tejidos finos y las decoraciones en madera tallada ofrecen una experiencia táctil que evoca la elegancia medieval mezclada con el confort moderno.
RESERVAR EN EL PARADOR DE ALARCÓN
En Almagro, el sentido del tacto nos conecta con la rica historia teatral y cultural de la ciudad. Al pasar las manos por los antiguos bancos de madera del Corral de Comedias, el teatro al aire libre más antiguo de España, se puede sentir la herencia de las artes escénicas. Los visitantes también pueden tocar los muros de adobe de las casas y palacios, sintiendo la mezcla de materiales que han dado forma a esta joya manchega.
El Parador de Almagro se encuentra en el antiguo Convento de Santa Catalina, un edificio del siglo XVII que fue el primer convento franciscano de la ciudad. En el Parador, el sentido del tacto te ofrece una conexión tangible con la historia. Al tocar las robustas paredes de piedra del antiguo convento, puedes sentir su resistencia a lo largo de los siglos. Los suelos de baldosa y los azulejos mudéjares presentan patrones y texturas únicas que enriquecen la experiencia. Las vigas de madera y las puertas talladas evocan calidez y durabilidad, mientras que los muebles antiguos, restaurados con esmero, permiten apreciar la suavidad de las maderas nobles y los textiles tradicionales.
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Así, en Ciudad Rodrigo, Alarcón y Almagro, el sentido del tacto se convierte en una herramienta poderosa para experimentar y apreciar la profundidad de su patrimonio histórico y cultural, permitiendo a los visitantes conectarse físicamente con la riqueza de su pasado.
Un banquete de sabores
Explorar el sentido del gusto a través de la gastronomía de Paradores es la mejor manera de descubrir lugares como Pontevedra, Ferrol o Vilalba. Es una experiencia que va más allá de todos los sentidos. El gusto encuentra su máxima expresión en estos Paradores, donde cada bocado es un homenaje a la rica tradición culinaria de Galicia.
En Pontevedra, los visitantes pueden deleitarse con mariscos frescos y platos tradicionales como la empanada gallega y el pulpo a la gallega, preparados con recetas ancestrales que resaltan los sabores del Atlántico. En el Parador de Pontevedra podrás degustar platos tan vinculados a la zona como el pulpo á feira, la empanada del obrador, una selección de quesos gallegos, zamburiñas á grella o vieiras al horno.
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Ferrol, con su fuerte tradición naval, ofrece una gastronomía marcada por pescados y mariscos exquisitos, así como platos contundentes como el caldo gallego, que reflejan la fortaleza y el espíritu de su gente. En el Parador de Ferrol te aconsejamos que pruebes el caldo gallego, la caldeirada y filloas rellenas de marisco. Y para terminar la experiencia, no te puedes perder el arroz con leche ferrolano, las filloas flambeadas con crema al orujo o la famosa tarta de Ferrol, elaborada con hojaldre y dulce de castañas.
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En Vilalba, la experiencia culinaria se enriquece con productos de la tierra, destacando los quesos artesanales y las carnes de alta calidad, que invitan a los comensales a saborear la esencia del campo gallego. En el Parador de Vilalba te recomendamos comer los croquetones de jamón o el pescado en caldeirada, carnes como la costilla de porco celta y sabrosos postres de su obrador.
Esto es el gusto como puente perfecto para conectar con la cultura y la historia de Galicia.
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Alójate en nuestros Paradores y sumérgete en la experiencia de descubrir cada uno de estos cinco sentidos. ¿Con cuál te quedarías?