El 14 de octubre se celebra el Día Mundial de los postres tradicionales y no queremos dejar pasar por alto esta conmemoración porque Paradores de Turismo de España constituye, quizás junto con los obradores de los conventos y monasterios de congregaciones religiosas, uno de los principales guardianes de la repostería "de toda la vida".
Nuestro país atesora un rico y variado recetario de dulces clásicos. Un vasto acervo cultural que, gracias a la labor de arqueología gastronómica y puesta al día de esas ancestrales recetas que caracteriza a la cadena pública hotelera, tiene un fiel reflejo en todos sus establecimientos, tanto en la carta de restaurantes y cafeterías como en la surtida y diferenciada oferta de los desayunos.
Como ejemplo de esa golosa apuesta hoy queremos compartir con todos vosotros sendas castizas elaboraciones de cuatro paradores enclavados en puntos muy dispares de la geografía nacional, que llegan actualizadas y con atractivas presentaciones:
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- Repápalos. (Parador de Trujillo)
Tradicionales de Extremadura, en su origen eran un postre de aprovechamiento. Son una especie de buñuelos de pan (también existe una versión salada que se asemeja a las albóndigas) cuya masa se remoja después de freírse en leche aromatizada con limón, canela y anís.
- Quesadilla herreña (Parador de El Hierro)
Pastelito artesanal horneado típico de esta pequeña isla canaria donde se ha convertido en un símbolo gastronómico. Habitualmente incorpora en su elaboración queso fresco, sal, azúcar, harina, huevos, limón, canela y matalahúva (anís común).
- Pastisset de boniato (Parador de Benicarló)
Es un pequeño dulce que preparaban las abuelas en Cataluña, Comunidad Valenciana y Aragón especialmente en Navidad. Es una especie de empanadilla con forma semicircular espolvoreada con azúcar que se elabora al horno con masa no fermentada y cuyo relleno -en este caso dulce de boniato- varía dependiendo de la zona.
- Torrija de crema y helado de gachas (Parador Hotel Atlántico de Cádiz)
No podía faltar en este escaparate la torrija, un clásico de la Semana Santa, ya atemporal y extendido por todo el territorio patrio. En el Parador gaditano elaboran una versión realzada con la crema pastelera y armonizada con un original y autóctono helado de gachas.
Todos estos postres figuran en la oferta habitual de estos Paradores. Unas tentadoras propuestas que, al igual que el resto de los platos de las cartas, se pueden disfrutar hasta el 30 de octubre desde el domingo por la noche hasta el viernes al mediodía con un 30% de descuento. ¿Te vas a resistir?