Las campanas del antiguo Monasterio de San Pedro de Villanueva de Cangas de Onís, que actualmente acoge el Parador de Turismo, volvieron a tañer el pasado domingo 2 de abril, primer día de apertura de la veda de la pesca con muerte del salmón en los ríos asturianos, para anunciar la captura del “campanu”, el primer ejemplar de la temporada. Un salmón de 3,2 kilos echado a tierra en el río Sella y subastado por 9.200 euros.
Como mandan la tradición, las campanas de su iglesia se hicieron sonar para dar a conocer a los cuatro vientos que la preciada pieza de este exiguo salmónido ya había sido pescada. Una ocasión realmente singular, puesto que es único día del año, en que tañen.
El “campanu” debe su nombre precisamente a este cenobio benedictino, desde cuyo campanario se realizaba desde tiempos inmemoriales un toque de júbilo cuando los primeros salmones hacían su aparición en el río para avisar a la población. Y es que el monasterio ejercía, por concesión real, el control del río en el tramo comprendido entre Cangas y Arriondas, cobrando tributos a quienes pescaban en sus aguas.
Como homenaje al “príncipe del río”, durante la temporada del salmón el Parador incorpora este sabroso pescado a su carta en diferentes texturas y elaboraciones, aunque eso sí, no pueden servir salmón salvaje de los ríos de Asturias ya que, salvo el “campanu”, está prohibida su comercialización puesto que está muy diezmada la población.
Así para la carta de primavera de este año el jefe de Cocina del Parador, el chef Santos Vicente, ofrece como sugerencia un salmón marinado con crema de yogur de Llanes, lima y eneldo fresco junto a otras atractivas propuestas como un salmón marcado a la parrilla con espinacas y piñones o sendas tortillas marinadas con salmón marinado.
