El Parador de Tortosa revive para sus clientes la tradicional fiesta de la calçotada
21 de Marzo 2025

Bajo el objetivo de ofrecer nuevas experiencias a sus clientes que enriquezcan su estancia, el Parador de Tortosa se ha propuesto revivir en sus instalaciones una de las fiestas gastronómicas más populares de Cataluña, cuyo origen se atribuye precisamente a la ciudad tarraconense de Valls, en la comarca del Alto Campo. Una comida popular que por su carácter comunitario y de celebración al aire libre ha traspasado fronteras y se ha extendido al ámbito de toda la comunidad autónoma, cuajando incluso en otras regiones españolas: la calçotada.

 

 

El principal protagonista es el calçot, unos brotes de cebolla blanca de forma alargada que se cultivan cubriéndolos con tierra para lograr un tallo blanco de entre 20 y 25 centímetros, cuya temporada se extiende aproximadamente de enero a abril.

 

 

Los calçots se asan en parrillas directamente sobre las brasas de sarmientos, carbonizando la capa exterior y dejando el interior cocido y tierno. Una vez cocinados se envuelven en papel de periódico para culminar la cocción y mantener el calor. A la hora de comerlos, el ritual establece que hay que pelar con las manos la primera capa, sumergir el calçot en salsa romesco (una mezcla especial a base de tomates y ajos asados, ñoras, avellanas, almendras, pan, aceite, vinagre y sal) y alzarlo inclinando la cabeza hacia arriba para introducirlo directamente en la boca en sentido vertical. Una operación que hace casi imposible no tiznarse y mancharse, por lo que en muchos establecimientos especializadas se ha impuesto el uso habitual de llamativos baberos.

 

 

Aprovechando las brasas de la hoguera, la comida se suele completar con carnes asadas y embutidos de diverso tipo que se sirven como segundo plato.

El Parador tortosino ha programado su primera calçotada para el sábado 29 de marzo. En el menú no va a faltar el clásico pan con tomate y ali oli, así como aceitunas gordal como entrantes. Como plato principal cada comensal disfrutará de una docena de calçots a la brasa servidos con salsa romesco  y, a continuación, una parrillada de carne compuesta de panceta, longaniza de pollo, baldana tortosina (una especie de morcilla autóctona muy típica que además de sangre incorpora tocino y arroz) y chuletillas de cordero, acompañada por patata al caliu (asadas en el rescoldo).

Como postre se ha apostado por otro de los grandes estandartes gastronómicos de la comunidad autónoma: la crema catalana. El menú tiene un precio de 42 euros por persona e incluye las bebidas. Las plazas son limitadas por lo que conviene reservar cuanto antes en [email protected] o en el teléfono 977 44 44 50.