Incorpora como novedades la berza jerezana, el cocido campurriano, el bullit mallorquín, el potaje canario, los judiones de La Granja y el cocido de Lalín

Tras el parón navideño, el Parador de Córdoba retomó el pasado miércoles sus populares jornadas gastronómicas dedicadas al cocido. Un plato de cuchara que, con diferencias específicas características de cada lugar y algunas variaciones en cuanto al tipo de leguminosa empleado -principalmente garbanzos y alubias- y a los aditamentos, hermana a todas las regiones de nuestro país.

Desde hace 20 años el Parador viene programando, con una gran acogida en la ciudad califal, esta convocatoria en la que invita a sus clientes a conocer algunas de las variantes regionales más populares. Y en su reanudación, la cita culinaria llega con nuevas especialidades respecto a las que se han venido ofreciendo en las últimas temporadas.

Bajo la denominación “Muestras Gastronómicas de las Costumbres y Tradiciones de España. Cocidos" el Parador de La Arruzafa propone los miércoles de la temporada de otoño-invierno una ruta que se asoma a los pucheros y ollas de diferentes rincones del país para degustar algunas de las principales variedades geográficas de cocidos. De manera rotatoria se puede probar cada semana una especialidad regional, abarcando inicialmente a lo largo de todas las jornadas culinarias un total de ocho recetas representativas de siete comunidades autónomas que se rematan con un postre tradicional de cada región. 

De la anterior oferta tan solo se mantienen el cocido madrileño, quizás  el más popular y castizo de los guisos con garbanzos que se sirve en varios vuelcos y que ahora se acompaña como postre con bartolillos frente a los pestiños con crema de anís de Chinchón; y el cocido maragato, típico de la comarca leonesa que le da nombre y cuya principal peculiaridad es que se sirve al revés: primero las carnes, luego las verduras y por último la sopa  y para el que, como postre, las natillas con bizcocho se sustituyen ahora por tarta de manzana reineta.

Cocido madrileño con el postre.

Así mismo, hay una pequeña variación, ya que el típico cocido de Lalín viene a reemplazar al genérico cocido gallego que servía y del que se diferencia porque esta especialidad culinaria orensana solamente incluye en su receta más tradicional productos de carne de cerdo, garbanzos, patatas y grelos. Un menú que se remata con la típica tarta de almendra.

El capítulo de novedades se abre con la berza jerezana,  también conocida como gitana, que combina garbanzos y habichuelas y se elabora con berzas de tagarninas o con pencas acelgas, y se sirve como postre con tocino de cielo; el cocido campurriano, variedad cántabra bastante menos conocida que el lebaniego o  el montañés y cuya principal peculiaridad estriba en la legumbre con que se prepara: las arvejas (guisantes secos), que se acompaña con quesada pasiega ; y el bullit mallorquín, plato de carne y verduras cocidas que se sirve en dos vuelcos y con cuyo caldo se prepara una sopa, al que pone la guinda la greixonera, dulce típico de Ibiza que aprovecha las ensaimadas del día anterior.

Cocido maragato.

También se incorporan por primera vez los judiones de La Granja, famosa alubia blanca de gran tamaño que se produce en esta zona segoviana, mantecosa y suave que se guisa con chacinas de cerdo que el aportan melosidad al plato, a los que acompaña como postre el ponche segoviano, y el potaje canario, que difiere fundamentalmente de todos los peninsulares  en la parte vegetal, con la utilización de productos como la batata, la calabaza, el calabacín o la mazorca de maíz tierna, con el que no podía faltar el plátano.

Los cocidos se sirven completos con unos aperitivos de encurtidos a base de aceitunas “aliñás”, pepinillos, cebollitas o alcaparrones, postre y bebida. Cuestan 28 euros por persona, con una copa de vino incluida . Consulta el calendario y reserva mesa para degustar tu preferido. Este miércoles toca cocido madrileño, pero aún estás a tiempo de probarlos todos. No te quedes con las ganas. Las jornadas se prolongan hasta el 26 de abril para retomarse tras el paréntesis de la temporada primavera-verano con la llegada del mes de octubre.

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