Los cinco establecimientos que Paradores de Turismo tiene en Canarias constituyen una privilegiada base de operaciones para conocer las islas afortunadas. Un destino único que, por su excepcional situación geográfica, goza del "mejor clima del mundo". Una envidiable eterna primavera cuya temperatura media ronda los 22º grados anuales.
Los paradores del archipiélago -emplazados en cinco de las siete ínsulas: Tenerife, La Gomera, La Palma, El Hierro y Las Palmas de Gran Canaria-, han protagonizado una nueva entrega del espacio que el programa Marca España de Radio Exterior de España dedica periódicamente a la red hotelera pública. Un acercamiento realizado de la mano del director regional de Paradores en Canarias, Gonzalo Alejo, quien a su vez está también al frente del parador Cruz de Tejeda, en la Isla de Gran Canaria.
Al albur de este confort climático una gran mayoría de los turistas aterrizan en territorio guanche en busca de sol y playa. Pero además de poder gozar de esta alternativa vacacional, si hay un denominador común de los cinco paradores canarios es, según explica Gonzalo Alejo, su ubicación en entornos naturales únicos con la posibilidad de disfrutar de paisajes irrepetibles y bosques de cuento. "Todos están situados en zonas muy especiales", señala.
Dormir a los pies de un volcán
Quizás el más exclusivo y popular sea el Parador de Las Cañadas del Teide, en Tenerife. Se trata del único alojamiento enclavado en el Parque Natural del Teide, designado por el magazine Condé Nast Traveler como una de las Siete Maravillas del Mundo de 2019. Un asombroso paraje con condiciones geológicas similares al planeta Marte, que Neil Armstrong describió como lo más cercano al paisaje lunar que jamás había visto en la tierra. Dormir a 2.200 metros de altitud bajo un volcán es toda una vivencia. "Estamos en el parque natural más visitado de Europa, por delante de la Selva Negra, a los pies del Teide. La ubicación y el lugar son para disfrutar de la naturaleza, del parque natural y del cielo, que es uno de los más espectaculares del mundo. Es una experiencia única", relata.
Inaugurado en 1960, el establecimiento tinerfeño es un edificio moderno heredero del concepto de los antiguos refugios de montaña. Con solo 37 habitaciones, el director destaca que en su diseño y decoración se cuidaron especialmente los colores para, cual camaleón, "mimetizarse con el entorno". Un "respeto absoluto" por este enclave protegido que se traduce en un firme compromiso por la mejora continua en materia de sostenibilidad.
Quiero ir al Parador de las Cañadas del Teide
El hotel es un buen punto de partida para hacer senderismo por la zona y acoge frecuentemente expediciones científicas y a grupos de vulcanólogos. La ausencia de contaminación lumínica lo convierte en un punto incomparable para contemplar las estrellas. Una actividad que fomenta el Parador. "Por las noches es un espectáculo. Es como un manto de estrellas. En el parador, desde hace más de 20 años, tenemos una actividad de observación todos los viernes por la noche con Juan Vicente, que es un colaborador. Es espectacular ver toda la cúpula celeste, pero con sus explicaciones es una experiencia única", explica Alejo.
Jardines de ensueño en la Isla Bonita
La Isla Bonita, como se conoce a La Palma, también cuenta con un exponente de Paradores. Un edificio de arquitectura típica canaria, ubicado estratégicamente entre el aeropuerto y la capital. Para Gonzalo Alejo el elemento diferenciador es su amplio y mimado jardín de árboles frutales, plantas autóctonas, cascadas y vistas infinitas al Atlántico. "Son unos de los más completos y espectaculares que tenemos en la red de Paradores con más de 70 especies de árboles frutales y de plantas. Ya solo el jardín en sí merece una visita", garantiza.
Reserva en el Parador de La Palma
El hotel, con piscina exterior, gimnasio y sauna, invita a la paz y la relajación. Alejo subraya que la isla, declarada Reserva de la Biosfera, descubre al visitante una naturaleza casi intacta con senderos de cuento, espesos bosques donde pervive vegetación ya extinguida en otros lugares del planeta, impresionantes cumbres, profundos barrancos, volcanes y extrañas formaciones de lava...sobresaliendo el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente.
"Lo más conocido de Canarias es sol y playa, que está muy bien, pero el interior es absolutamente espectacular. Unos paisajes, una naturaleza salvaje. Merece mucho la pena conocer la Canarias interior, la Canarias rural, la Canarias natural. Y La Palma es una naturaleza brutal. En la Caldera de Taburiente los paisajes, las vistas, los senderos, la naturaleza... es especial y hay que disfrutarlo", recomienda.
La Gomera, un viaje al periodo jurásico
Situado dentro de la capital, el Parador de La Gomera es el más especial a nivel arquitectónico. Con un marcado estilo isleño combina el tipo canario de casa patio con los más modernos pabellones alargados destinados a habitaciones. Perfectamente integrado en su entorno, el diseño del jardín como prolongación del entorno natural del lugar es el gran protagonista. El hotel, tal y como destaca el director regional, está profusamente decorado con alusiones marinas, instrumentos de navegación y recuerdo de las carabelas del Descubrimiento de América. "Estar dentro es especial por lo que transmite. La decoración, la arquitectura, es como estar en la época colombina. La Gomera era el último punto de partida hacia América de los navíos en la época de Cristóbal Colón y todo esto se vive y se respira dentro del parador, de sus patios, de sus jardines...", evoca.
Edificado en el Lomo de la Horca, su alta posición al borde de un acantilado ofrece espléndidas vistas y espectaculares puestas de sol, con la isla de Tenerife y el Teide al fondo. El edificio está perfectamente integrado en el espacio con el exuberante jardín de especies subtropicales como prolongación del entorno natural y una piscina que es como si te bañaras en el mar.
El parador es un lugar de descanso privilegiado, pero Alejo alerta de que no hay que dejar pasar la estancia para conocer dos de los tesoros de la isla, declarados Patrimonio de la Humanidad. El primero, el Parque Natural de Garajonay. Recorrerlo, según el director, es realizar un larguísimo viaje en el tiempo, prácticamente al periodo jurásico, y descubrir especies que ya han desaparecido en otros lugares del planeta hace millones de años: "Si te adentras es como estar en la época de los dinosaurios. Es superfrondoso, con una humedad altísima, ves helechos enormes, como las películas de dinosaurios, árboles retorcidos.... Es muy especial adentrarse en ese bosque: Hay multitud de rutas, es una zona de laurisilva y es muy bonito" Un bosque con un silencio sobrecogedor y donde da la impresión de que detrás de cada árbol podría estar acechando un velociraptor.
Alójate en el Parador de La Gomera
El otro es inmaterial: el silbo gomero, un lenguaje silbado para comunicarse a través de los barrancos que aún puede escucharse en la isla. "Yo la primera vez que lo vi me quedé impresionado, porque se puede transmitir cualquier cosa que podamos comunicar hablando", explica.
El Hierro, desconexión y relax al borde del mar
La siguiente escala es el Parador de El Hierro. Un alojamiento idílico entre la montaña volcánica y el mar, situado al borde del agua. "Es muy especial porque desde las habitaciones y desde las piscinas prácticamente tocas el mar", describe el director regional. Es un auténtico oasis de paz en medio del Atlántico "y si se busca tranquilidad, desconexión y relax -afirma- es la elección ideal.
Su instalación en la isla menos poblada del archipiélago obedece, según Alejo, a la misión que se ha marcado la cadena hotelera estatal de contribuir a la integración territorial, al desarrollo turístico y a la preservación y disfrute de espacios naturales de nuestro país. "El Hierro es un claro ejemplo. Paradores va donde no va la iniciativa privada. Si bien como cualquier empresa nuestro objetivo es tener beneficios, tenemos otros muchos que son fomentar el turismo, la gastronomía, la cultura, mantenimiento de la arquitectura... En una isla que tiene 6.000 o 7.000 habitantes el Parador es muy importante. Es un eje dinamización del turismo y del empleo. Es un centro de trabajo y un foco de turismo muy importante", revela.
Entre otros muchos encantos, el Parador es destino obligado para los amantes del submarinismo, con diversidad de puntos para realizar inmersiones. "Sobre todo -destaca Alejo- en la zona de La Restinga -Reserva Marina-, que es una de las zonas de Europa y del mundo más espectaculares para el buceo".
No te quedes sin habitación en el Parador de El Hierro
Cruz de Tejeda, acariciando las nubes
El recorrido se cierra en Gran Canaria, donde se alza el más antiguo de los paradores del archipiélago: Cruz de Tejeda, abierto en 1946. Casi en el centro mismo de la isla emerge a una altitud de 1.560 metros, acariciando las nubes, un elegante y pequeño hotel con 43 habitaciones desde el que se domina el Roque Nublo, además de barrancos y acantilados que se asoman al océano. "La Cruz de Tejeda es el centro geográfico de la isla. Hay una cruz física, de piedra, en una placita enfrente del parador, que antiguamente servía de referencia para las personas que se movían por la isla, sobre todo pastores", explica Alejo, recordando que hasta que se abrió el Parador ni siquiera existía carretera de acceso a la zona.
El parador reabrió en septiembre del año pasado después de sufrir las consecuencias de un grave incendio forestal acaecido un año antes. Un fuego que calcinó unas 3.000 hectáreas y que alcanzó las instalaciones "quemando 10 habitaciones y la zona del spa y la piscina".
Asegura tu plaza en el Parador de Cruz de Tejeda
Mientras el entorno se va recuperando, se han modernizado las habitaciones y, según subraya el director, se ha remodelado el resto de las dependencias afectadas añadiéndoles un atractivo plus: "Tenemos una piscina hidrotermal que es parte interior y parte exterior, en la exterior hemos hecho varios cambios para que sea una piscina infinity y hemos añadido también en el exterior un jacuzzi desde el que se puede disfrutar de todas las vistas de la caldera volcánica de Tejeda".
El parador es un lugar paradisíaco para excursionistas y amantes del senderismo desde el que descubrir la bella isla de Gran Canaria, conocida por muchos como un Continente en Miniatura por la variedad de bellos paisajes que alberga.
Mucho más que papas arrugadas
Pero tanto paseo despierta el apetito. Y los restaurantes de los cinco paradores canarios son unos excelentes escaparates de la gastronomía canaria, una de las cocinas más singulares de nuestro país y todo un símbolo de la identidad cultural isleña. Una apuesta inequívoca por el producto local que da lugar a unos platos sencillos pero sabrosos.
Con las papas arrugadas como enseña, presentes en todas sus cartas con diferentes versiones de mojos que rivalizan sobre cuáles son los auténticos, en la oferta no pueden faltar tampoco el gofio (alimento conformado básicamente por una harina de cereales tostados amasada con agua y sal), el típico potaje de berros o los quesos isleños, el peculiar almogrote (una especie de paté de queso duro). "Tenemos platos comunes, pero en cada isla tienen su peculiaridad. Como es el caso de los mojos que incluso dentro de cada isla son diferentes en función de las zonas", explica Alejo.
Una variada oferta donde figuran también especialidades como el conejo en salmorejo (marinado en un majado de mortero de ajo, sal gorda, el pimentón y pimienta con un poco de agua y aceite, la pierna de cabrito o baifo asada o la variedad de sabrosos pescados autóctonos frescos como el cherne, el patudo (atún rojo), el medregal (pez limón), el pámpano o la vieja, preparados principalmente a la plancha o sancochados (salado y hervido).
Dentro de la carta de postres, propuestas tradicionales como el Príncipe Alberto, un dulce a base de bizcocho y mousse de chocolate inventado en la época de la posguerra española o el popular bienmesabe, que cuenta entre sus ingredientes con la miel palmera, conviven con tentadoras creaciones con las frutas tropicales como protagonistas.
Temporada alta invernal
Si bien las Canarias tienen tirón turístico todo el año, con una media de ocupación que según datos de Alejo en los paradores alcanza el 70%, evidencia que la temporada alta es el invierno, con puntas muy importantes en fechas como los carnavales. "En los cinco paradores ocurre lo mismo. Desde finales de octubre hasta Semana Santa. En esos meses sobre todo hay un cliente extranjero: nórdico, alemanes, británicos, belgas... El resto del año sigue habiendo mucho internacional pero también aumenta mucho el nacional o de las propias islas,", pormenoriza.
Sería imposible enumerar las personalidades que han visitado el archipiélago y se han hospedado en algún parador, pero entre los huéspedes ilustres Gonzalo Alejo recuerda que Julio Iglesias se alojó en el Parador de La Palma hace tres años con motivo de un concierto que ofreció en la pequeña isla o que, si bien no ha elegido la red pública hotelera, la canciller alemana Angela Merkel "habitualmente va a La Gomera a buscar tranquilidad, naturaleza y senderismo".
Respecto a la posibilidad de que Paradores ponga su pica en Lanzarote y Fuerteventura, las dos islas en que la que no hay establecimientos de la red, el director regional deja bien claro que "ahora mismo no hay previsión; en el futuro no sé si se andará".