El Parador favorito de Álvaro Martín Uriol
10 de Diciembre 2024

Medalla de oro en relevo mixto y Medalla de bronce en 20 kilómetros marcha

Álvaro Martín Uriol es un destacado atleta español especializado en la disciplina de marcha. Nació el 18 de junio de 1994 en Llerena, Badajoz.

A lo largo de su carrera, ha sumado numerosos éxitos: campeón olímpico en París 2024, bicampeón mundial en 2023 (marchas de 20 y 35 km) y bicampeón europeo en 2018 y 2022 en la marcha de 20 km. En los pasados Juegos Olímpicos de París 2024, ganó la medalla de oro en elevo mixto y bronce en 20 kilómetros marcha. Además, ha sido campeón de España en varias ocasiones y representado a la nación en múltiples competiciones internacionales desde su debut en los Juegos Olímpicos de la Juventud en 2010. A principios de septiembre, tras recibir la Medalla de Extremadura, anunció su retirada.

¿Cómo se inició en la marcha atlética?

El atletismo es un deporte muy bonito, que cuenta con disciplinas deportivas muy diferentes entre sí. Un velocista, un lanzador de peso, un saltador o un marchador no tienen nada en común, salvo que estamos en una misma pista de atletismo. Yo era corredor de fondo desde los nueve años, pero debido al crecimiento, con 13 años, me dolían mucho las rodillas por el impacto de la carrera. Mi hermana era marchadora y le sugerí a mi entrenador compartir disciplina para no tener que parar. Me enamoró y continué hasta ahora.

¿De qué logro se siente más orgulloso?

Evidentemente, ser campeón olímpico, pero el primer europeo que gané, en Berlín 2018, fue mi primera gran medalla, aquella que hizo que diera un puñetazo en la mesa para demostrar que estaba consolidado en la élite. Como competición más costosa, me quedo con el oro en el mundial de Budapest en los 35 kilómetros marcha. Fue una carrera que se resolvió en los últimos kilómetros y tuve que entregarme al máximo para ganar, física y psicológicamente.

¿Cómo contribuye cada miembro de su equipo interdisciplinar a su reparación física y mental?

De la parte física se encarga mi entrenador, preparador físico, fisioterapeuta, fisiólogo, nutricionista y un largo etcétera. Y de la mental, mi psicólogo y amigo, Pablo del Río. Este grupo de trabajo interdisciplinar debe de estar dirigido, como si de una orquesta se tratase, por mi entrenador José Antonio Carrillo, para que todos los «instrumentos» suenen en armonía.

¿Quiénes han sido sus mayores influencias en su carrera deportiva?

La gente más cercana a mí, mis padres, mi hermana y mis compañeros de entrenamiento. Siempre he mirado más a los deportistas «normales» que los «super cracks».

¿Qué sintió al ganar la primera medalla en una competición internacional?

Fue muy emotivo, porque los grandes rivales empezaron a mirarme de tú a tú. También supuso una alegría inmensa ver que mis padres y mi familia se sintieron muy orgullosos tras haber logrado un resultado importante.

¿Cómo equilibra su vida personal con las exigencias de ser un atleta de élite?

El problema no es mi vida personal y los sacrificios que implica, sino implicar muchas veces a las personas que me rodean. Ellos comparten el sacrificio para poder estar conmigo. No es problema para mí, porque es la vida que elegí. Pero puede serlo para la gente que quiero.

¿Qué sintió cuando, junto a su compañera María Pérez, se convierten en los primeros atletas españoles en lograr la triple corona de campeones europeos, mundiales y olímpicos?

Fue la guinda del pastel. Acudíamos a París con el cuarto puesto de los anteriores JJOO en Tokio. Ese cuarto puesto fue un mazazo muy duro, pues la diferencia entre un mundial y unos JJOO no es ninguna a nivel deportivo. Pero una medalla olímpica, por ejemplo, la de bronce, tiene una diferencia enorme con respecto a las medallas de un mundial, incluida el oro. María y yo hemos tenido una carrera deportiva muy paralela: ganamos juntos nuestro primer europeo y mundial y hemos sido campeones olímpicos juntos. Por eso lo vivimos como la guinda de unas carreras deportivas paralelas.

¿Cómo maneja la presión y las expectativas de los fans y los medios?

Pablo del Río me ha ayudado a abstraernos de la vorágine que suponen los medios con la cercanía de los JJOO. Muchas veces llamamos a la presión ‘responsabilidad’, por los posibles resultados que podemos obtener.

Ahora que ya se ha retirado como profesional en el deporte, ¿Cómo proyecta su futuro? ¿Seguirá formándose académicamente?

Estudiar no es una opción sino una necesidad. Ir a la universidad y salir de la burbuja del deporte de élite es muy bueno para ver que tu realidad, no es la realidad del 99 % de las personas. Además, he utilizado mis conocimientos para ayudar a diferentes deportistas en materias como dopaje, becas, problemas con sus federaciones o clubes, etcétera. Por otra parte, soy miembro y fundador de la Comisión de Deportistas de Extremadura, órgano adscrito a la Dirección General de Deportes, cuyo compromiso es mejorar las políticas públicas del deporte en mi tierra. Mi objetivo a corto plazo es estudiar un doble máster: el Máster de acceso a la abogacía y la procura más el Máster de Derecho en la Empresa en el Centro de Estudios de Garrigues.

¿Conoce la red de Paradores?

Sí, claro, he estado en bastantes, ¡me encantan! Siempre me quedé con la espina de no poder alojarme en el Parador de Jarandilla de la Vera y en el de Toledo cuando intenté ir… Paradores siempre es una garantía, con alojamientos de muchísima calidad y en zonas muy bien situadas.