El arte en Paradores adopta muchas formas. Nuestra colección artística no solo comprende cuadros y esculturas, sino que abarca también otras disciplinas, en línea con nuestra misión como guardianes del patrimonio en toda su extensión. Entre los ejemplos de esta variedad, destaca el Parador de Santo Estevo, que combina su monumental edificio con una propuesta interior marcada por el mobiliario de diseño contemporáneo.
El Parador de Santo Estevo se ubica en un monasterio con origen en el siglo VI, vinculado a San Matín Durmiense, el “Apóstol de los suevos”, y que ha vivido numerosos añadidos a lo largo de los siglos, constituyéndose así en un crisol de formas románicas, góticas y renacentistas. El conjunto cuenta con hasta tres claustros interiores, dos de ellos, el de Viveiro y el de los caballeros, construidos en el siglo XVI, y alberga un hermoso jardín interior.
No obstante, lo más interesante de este edificio es la unión en su interior de la monumentalidad historicista con una apuesta por la innovación y las formas contemporáneas, tanto en los cuadros que decoran sus paredes como en el mobiliario que da cohesión al Parador.
Y es que Santo Estevo es un referente de diseño contemporáneo dentro de la red de Paradores, ya que cuando este establecimiento fue inaugurado en 2004, se decidió contar para su decoración con un impresionante repertorio de mobiliario de estilo moderno, que recupera los diseños de artistas de los años 40 con enorme prestigio nacional e internacional, como Verner Panton, Harry Bertoia, Hugo Alvar Henrik Aalto, Tom Dixon, Mies Van der Rohe, Frank Lloyd Wright o Le Corbusier. En ellos, utilidad y belleza se fusionan, dando lugar a asientos en los que la originalidad se manifiesta con formas inverosímiles y atractivas.
Santo Estevo está plagado de tesoros ocultos por descubrir. En su interior, también podrás descubrir piezas únicas, como el antiguo altar de granito tallado con las figuras de Cristo y los doce apóstoles que se encuentra en la iglesia anexa a este. Esta obra, datada en los siglos XII-XIII, es además una de las representaciones más antiguas de Santiago como peregrino.