Destinos donde siempre debería ser primavera
18 de Marzo 2025

La primavera ha llegado, y con ella, la oportunidad perfecta para escapar a nuevos destinos donde la naturaleza florece y el buen tiempo invita a disfrutar. Esta es la estación ideal para descubrir rincones mágicos de España, donde los paisajes se llenan de color, las tradiciones cobran vida y la calma se respira en cada esquina. Si aún no sabes dónde ir, prepárate para enamorarte de algunos de los destinos más encantadores del país, ¡la primavera acaba de comenzar!

 

Un espectáculo de colores y tradiciones

 

Córdoba es un destino que brilla con luz propia durante todo el año, pero es en primavera cuando realmente se transforma en un lugar mágico. Durante esta estación, la ciudad revela su secreto mejor guardado: sus patios. Espacios frescos y llenos de vida, donde el aroma de las flores inunda el aire y las paredes encaladas se visten de colores vibrantes. Los patios cordobeses, adornados con miles de plantas en macetas, arriates y fuentes, se convierten en pequeños oasis que invitan a la admiración. Aunque no es hasta el mes de mayo cuando los patios de Córdoba se abren al público, desde el mes de marzo se puede empezar a respirar este ambiente tan primaveral.

Pasear por Córdoba en primavera es un auténtico placer. Desde el puente sobre el Guadalquivir, donde la vista de la ciudad invita a quedarse un rato más, hasta la Mezquita-Catedral y los jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos hacen que el visitante se enamore aún más de esta joya andaluza. En primavera, Córdoba no solo se ve más bonita, sino que también se respira una energía especial que hace de cada momento una experiencia inolvidable.

Recuerda que, si visitas la ciudad, tienes una visita obligada a nuestro Parador de Córdoba. Con unas vistas espectaculares de la ciudad, especialmente al atardecer, podrás relajarte en un ambiente tranquilo, disfrutar de su excelente gastronomía y alojarte para descansar después de un duro día de turismo.

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Calles con encanto y naturaleza viva

 

Girona se transforma en un auténtico paraíso primaveral. Durante esta estación la ciudad se llena de vida, color y frescura. Durante el mes de mayo tiene lugar su evento anual más conocido: Temps de Flors, una fiesta donde las flores no solo decoran, sino que se convierten en piezas de arte. Entre el 10 y el 18 de mayo, la ciudad se llenará de instalaciones florales que invaden emblemáticos espacios, como el claustro de la Catedral, la Casa Lleó Avinay y los Baños Árabes, que se abren al público como nunca antes. Las fachadas de los comercios también se suman a la celebración, decorando sus rincones con vibrantes colores y fragancias. La atmósfera alegre y contagiosa de este festival te invita a perderte por las calles de Girona, donde la belleza natural se mezcla con la historia.

Además de esta festividad, la primavera viste de gala los jardines más bellos de la Costa Brava, situados a pocos kilómetros de la ciudad. El jardín de Cap Roig, en Palafrugell, es uno de los más impresionantes, con 17 hectáreas de especies botánicas de todo el mundo, creando un paisaje que parece sacado de un sueño. Desde ahí, puedes continuar el recorrido por los jardines de Santa Clotilde, situados sobre un acantilado de Lloret de Mar, donde la combinación de terrazas, agua y esculturas te transporta a otro tiempo. Y para completar la experiencia, no puedes perderte el Jardín Botánico Marimurtra en Blanes, con vistas espectaculares a la cala Sa Forcanera, un entorno ideal para disfrutar de la tranquilidad primaveral.

En esta ciudad contamos con el Parador de Aiguablava. Situado en un entorno privilegiado, este Parador ofrece vistas espectaculares del mar Mediterráneo y la costa de la Costa Brava. Imagina despertar cada mañana con el sonido suave de las olas, rodeado de la belleza natural que caracteriza a esta región, y terminar el día disfrutando de una puesta de sol que tiñe el horizonte de tonos cálidos. El Parador de Aiguablava tiene todo lo que necesitas esta primavera.

 

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La fiesta de los cerezos

 

La primavera en el Valle del Jerte es un espectáculo natural que no tiene igual. Con la llegada de esta estación, el valle se transforma en un mar de flores blancas, gracias a los miles de cerezos que cubren las montañas de la región. Durante unas semanas, el paisaje se tiñe de un blanco inmaculado, creando una atmósfera mágica que deja sin aliento a quienes lo visitan. Las flores de los cerezos, que este año alcanzarán su máximo esplendor entre finales de marzo y principios de abril, son el preludio de una cosecha de cerezas que será uno de los tesoros más sabrosos de la primavera en Extremadura.

Además de su belleza, el Valle del Jerte es un lugar cargado de tradición y cultura. Durante este tiempo, los visitantes pueden disfrutar de la Fiesta del Cerezo en Flor, una celebración popular que atrae a miles de turistas y que es considerada de interés turístico nacional. A lo largo de este evento, se pueden explorar los paisajes modelados en terrazas, un testimonio del esfuerzo humano por cultivar y cuidar los más de millón y medio de cerezos que dan vida a este valle.

El Valle del Jerte no solo es un paraíso visual, sino también un espacio para sumergirse en la vida local y disfrutar de la gastronomía y las tradiciones de la región. El Parador de Plasencia, a menos de 40 km de El Valle del Jerte, ofrece una atmósfera tranquila y acogedora, perfecta para relajarte después de explorar los hermosos paisajes del valle.

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La primavera dibuja el paisaje en Ávila

 

Ávila, famosa por su imponente muralla, tiene mucho más que ofrecer, especialmente en primavera, cuando la naturaleza se despierta con una explosión de colores. La zona norte de la provincia, en las estribaciones de Gredos, se cubre de un vibrante amarillo gracias al piorno, una flor pequeña y delicada que adorna el paisaje. Este arbusto, que en la antigüedad desempeñaba múltiples funciones en la vida rural, desde combustible hasta material para la construcción de chozos y utensilios, hoy es el protagonista de un festival que rinde homenaje a su belleza.

Cada primavera, el Festival del Piorno en Flor atrae a miles de visitantes para disfrutar de este espectáculo natural, que abarca más de 65.000 hectáreas de tierras cubiertas por la floración del piorno. Con rutas guiadas, exposiciones y muestras de la artesanía local, los pueblos de la sierra de Gredos se convierten en un escaparate de tradición y naturaleza. Además, desde más de 60 miradores dispersos por la zona, se puede admirar la magnitud de la floración, que se extiende desde marzo hasta julio y se distingue por sus diversas tonalidades y aromas, ofreciendo un espectáculo único en cada rincón de Ávila.

Después de un buen paseo nada mejor que descansar y llenar el estómago. Tanto el Parador de Ávila como el Parador de Gredos, son las opciones ideales para reponer fuerzas y seguir disfrutando de un turismo local.

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Un manto de amapolas

 

Toledo es una de esas ciudades que, sin importar la temporada, siempre tiene algo especial que ofrecer. Sin embargo, es durante la primavera cuando la región revela una de sus joyas más coloridas y sorprendentes: los campos de amapolas de La Mancha. La primavera viste de rojo los campos de Polán y San Martín de Montalbán, pequeños pueblos que se transforman en auténticos paisajes de cuento. Las amapolas, con sus intensos colores rojos, rodean el castillo de San Martín de Montalbán, creando un contraste mágico entre la historia medieval y la naturaleza vibrante que florece a su alrededor. Aunque el rojo es el tono predominante, los campos también nos sorprenden con amapolas en diferentes colores: blancas, naranjas, amarillas e incluso violetas, que llenan de vida y color el paisaje manchego. Un paseo por estos campos en flor es una experiencia única que hará que te enamores aún más de la belleza de Toledo y sus alrededores en primavera.

No puedes dejar Toledo sin visitar el Parador. Con unas vistas impresionantes de la ciudad antigua y el imponente Alcázar, este lugar no solo te ofrece un alojamiento de calidad, sino también una gastronomía exquisita. Recorrer las calles empedradas y sumergirse en el rico patrimonio histórico de la ciudad será una experiencia aún más memorable tras disfrutar de un merecido descanso en el Parador.

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