Hoy, 23 de abril, celebramos el día del libro en Paradores. Acompáñanos en este viaje literario que conecta la belleza natural y los rincones históricos con las obras inmortales de grandes escritores españoles. Desde los versos que Antonio Machado escribió en la Casa de los Poetas en Soria, y los lugares donde Federico García Lorca encontró inspiración para sus obras, hasta la Plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela, que Valle-Inclán describió como la "Rosa mística de piedra", cada destino cobra vida entre palabras y paisajes. Estos lugares no solo albergan historia, sino que también invitan a redescubrir la magia que los convirtió en musa de la literatura.
Tras los pasos de Cervantes
En Alcalá de Henares, cada rincón parece susurrar relatos de una grandeza literaria que abarca siglos. En esta ciudad, cuna de figuras ilustres, se despliega una ruta literaria que invita a los visitantes a recorrer un escenario donde historia, arte y literatura se entrelazan. El punto de partida es el Parador de Alcalá de Henares, un edificio impregnado de historia, que se erige a pocos pasos del lugar de nacimiento de Miguel de Cervantes, el genio creador de Don Quijote de la Mancha. Desde este enclave, el eco de las palabras del autor parece guiar a los curiosos en una travesía por lugares emblemáticos que revelan fragmentos de la vida y el legado del escritor.
El recorrido literario avanza con gracia hacia la Plaza Puerta de Madrid, un lugar cargado de misterio, donde se rememora a Alonso Fernández de Avellaneda, el autor que osó enfrentarse a Cervantes con su propia versión de la inmortal obra Quijote de Avellaneda. Más adelante, la Plaza de Palacio honra a Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, cuya pluma dio vida al Libro de buen amor, joya de la literatura medieval. En la Plaza del Padre Lecanda, la memoria de Miguel de Unamuno cobra protagonismo, recordando al insigne ensayista y novelista, cuyas reflexiones filosóficas dejaron una huella indeleble en la cultura española.
En la Calle de la Imagen se rinde homenaje a Manuel Azaña, figura clave en la historia contemporánea de España. No muy lejos, las calles Libreros e Imagen brillan con la presencia simbólica de autores como Fray Luis de León, Calderón de la Barca y Leandro Fernández de Moratín, todos faros de la prolífica literatura del Siglo de Oro.
En la Calle Pedro Gumiel, se rememora a Mateo Alemán, pionero de la novela picaresca, y a Gaspar Melchor de Jovellanos, destacado ilustrado que abogó por reformas sociales. Por las calles Colegios y del Tinte, la obra de Lope de Vega y la poesía mística de San Juan de la Cruz encuentran un homenaje eterno, mientras la Estación de Renfe perpetúa el legado de Camilo José Cela, premio Nobel de Literatura.
RESERVA EN EL PARADOR DE ALCALÁ DE HENARES
Ecos literarios de Valle-Inclán
En Santiago de Compostela, donde las piedras parecen susurrar leyendas y los caminos convergen en la historia, se alza el Parador de Santiago de Compostela, un lugar emblemático que transporta a los visitantes a épocas de fervor espiritual y creación literaria. Este Parador, vinculado a la tradición del Camino de Santiago, ofrece una atmósfera que ha inspirado a escritores a través de los siglos. Desde aquí, el viajero puede emprender un recorrido que enlaza las huellas de uno de los grandes literatos de la lengua española: Ramón María del Valle-Inclán.
El viaje comienza en la majestuosa Plaza del Obradoiro, escenario grandioso que Valle-Inclán describió con lirismo como la "Rosa mística de piedra" en su obra Tirano Banderas. Frente a la Catedral de Santiago, las palabras del escritor parecen entrelazarse con la arquitectura para narrar historias de espiritualidad y poder. A pocos pasos, el Colegio de San Clemente de Pasantes abre sus puertas a los recuerdos de la juventud de Valle-Inclán, donde el escritor forjó los cimientos de su formación y carácter literario.
El Parque de la Alameda, con su belleza natural y serena, nos transporta a los paseos que inspiraron a Valle-Inclán en muchas de sus obras. Los senderos del parque, salpicados de verdor y calma, parecen eco de los pensamientos del autor, convertidos en palabras que transcienden el tiempo. Este viaje literario nos conduce al Museo Valle-Inclán, un tesoro para comprender la vida y obra del escritor. Entre manuscritos, objetos personales y exposiciones, se despliega un universo que permite al visitante adentrarse en los rincones más íntimos de su creación artística.
No lejos de allí, en la Calle del Vico da Estación, Valle-Inclán vivió y dejó impresa su memoria. Este rincón de la ciudad cobra vida en varias de sus páginas, como si el escritor hubiera impregnado las paredes con su mirada única. El Café Iruña, otra parada esencial, nos sumerge en el bullicio de tertulias literarias, donde Valle-Inclán intercambiaba ideas y anécdotas con otros artistas, en un ambiente de camaradería y efervescencia creativa.
El recorrido culmina en la Casa de la Troya, un lugar que resplandece como un símbolo del legado literario de Valle-Inclán en Santiago. Allí, entre las piedras que guardan recuerdos de su pluma, el viajero puede percibir el alma inquieta de un autor cuya obra transformó la literatura en un espejo de lo sublime y lo grotesco.
RESERVA EN EL PARADOR DE SANTIAGO DE COMPOSTELA
Huella literaria de Federico García Lorca
En Málaga, entre la luz dorada del sol y el azul infinito del Mediterráneo, se despliega una ruta literaria que conecta el legado de Federico García Lorca con la riqueza paisajística y cultural de la ciudad.
El recorrido comienza en lo que era el Hotel Hernán Cortés, edificio que hoy en día ocupa la sede de la Subdelegación del Gobierno en Málaga, ubicado en La Caleta, lugar donde Lorca pasó varios veranos junto a su familia y donde compartió tertulias literarias con escritores como Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. Este hotel fue testigo de sus días de descanso y creatividad, cuando las conversaciones y las ideas fluían como el suave oleaje. Más adelante, el emblemático Café Chinitas nos transporta a un escenario vibrante de arte y cultura. Allí, Lorca y La Argentinita interpretaron la canción "En el Café de Chinitas", mientras los murmullos de la ciudad se mezclaban con los versos que resonaban entre sus paredes.
La Playa de La Malagueta, con su arena dorada y la inmensidad del mar, fue un refugio para Lorca, quien encontraba en los baños en el océano una conexión íntima con la naturaleza. En sus cartas y poemas dejó constancia de su fascinación por el agua y la vida que ésta encierra. Continuando por el Parque de Málaga, se pueden recorrer los senderos que alimentaron su inspiración; un lugar sereno y lleno de verde que parecía ser el escenario ideal para reflexionar y plasmar pensamientos en papel.
El Museo del Palacio Episcopal ofrece una mirada profunda a su legado, con manuscritos y obras que desvelan los aspectos más íntimos de su mente creadora. Este espacio, repleto de arte y memoria, invita a descubrir las huellas indelebles que Lorca dejó en la literatura y en la cultura española. Para culminar el recorrido, la Plaza de la Marina abre sus brazos con vistas espectaculares al mar, un lugar que Lorca solía frecuentar para sumergirse en pensamientos que probablemente trascendieron a su poesía y dramaturgia.
Málaga, con su luz y su vitalidad, se convierte en un marco idílico para recorrer los pasos de García Lorca, y es en la propia ciudad de Málaga donde podrás culminar esta ruta alojándote en cualquiera de los Paradores situados en esta maravillosa ciudad: Parador de Málaga Golf y Parador de Málaga Gribalfaro.
RESERVA EN EL PARADOR DE MÁLAGA GOLF
RESERVA EN EL PARADOR DE MÁLAGA GIBRALFARO
Los Paisajes de Machado y las Leyendas de Bécquer
En Soria, entre parajes naturales de extraordinaria belleza y una historia que late en cada rincón, se despliega una ruta literaria que conecta al visitante con la inspiración de poetas inmortales. El Parador de Soria, ubicado en esta región rica en cultura y paisajes, ofrece una experiencia única para adentrarse en los lugares que alimentaron la creatividad de escritores como Antonio Machado y Gustavo Adolfo Bécquer. Cada paso en esta tierra evoca los versos y leyendas que se entrelazan con el entorno.
El recorrido comienza en la Casa de los Poetas, un museo dedicado a Antonio Machado, donde se respira la esencia de su obra Campos de Castilla. En esta antigua pensión, que fue hogar del poeta, se desvela el alma de sus palabras y el eco de sus pensamientos. La siguiente parada es la iglesia románica de San Juan de Rabanera, cuya solemnidad fueron fuente de inspiración para Machado y otros autores que dejaron constancia de su belleza en versos eternos.
A orillas del río Duero se encuentra la Ermita de San Saturio, un lugar emblemático que emerge como un escenario de espiritualidad y poesía. Tanto Machado como Bécquer hallaron en este rincón la fuente de imágenes literarias imborrables. Más adelante, el Instituto Antonio Machado abre sus puertas al recuerdo de un poeta que impartió clases de francés en sus aulas, dejando su huella no solo en la educación sino también en el corazón de la ciudad.
La Alameda de Cervantes, conocida como "La Dehesa", es un oasis verde que Machado mencionó en varias ocasiones, lugar de encuentro y paseo que ahora permite al visitante sumergirse en la calma que alimentó su inspiración. Los parajes de San Polo y San Saturio reflejan la conexión íntima entre la naturaleza y la literatura, siendo ambos escenarios recurrentes en los versos de Machado y en las narraciones de Bécquer, donde el paisaje y la emoción se funden en armonía.
Desde el Mirón, un mirador con vistas espectaculares de la ciudad y el río Duero, se entiende por qué Machado no pudo resistirse a escribir sobre la belleza de este lugar. Por último, el Monte de las Ánimas, inmortalizado por Gustavo Adolfo Bécquer en su famosa leyenda, invita al visitante a explorar un espacio cargado de misterio y leyendas góticas, donde la imaginación y el sobrecogimiento caminan de la mano.