El Parador de Cádiz fue el escenario de la romántica boda de Mario y Carmen un 2 de mayo en una ceremonia civil que se celebró en el Ayuntamiento de Cádiz a la 1 de la tarde.
Los novios buscaban un lugar único, con vistas al Océano para dotar de ese aire romántico y natural de los espacios diáfanos, esos que ofrecen comodidad y amplitud para que los invitados se sientan libres de ir y venir a lo largo de la sala.
La novia vistió para la ocasión un delicado vestido de Aire Barcelona, con un estilo muy romántico de encaje.
El peinado, un sencillo moño (más complicado de lo que parece a simple vista para que resulte perfecto) obra de Salvia Peluquerías se adornó con un precioso detalle hecho a mano.
El look lo completaron los pendientes de perlas de la abuela de la novia, las alianzas "court" y una pulsera de oro labrado, con una carga romántica plena: fue el regalo de pedida que el abuelo de Carmen hizo a su abuela décadas atrás.
En cuanto al maravilloso anillo de pedida resultó una pieza de oro blanco y diamantes. Clásico, rotundo y lleno de amor.
Mario apostó por un clásico de Hugo Boss con chaleco de Armani.
Los detalles florales, los prendidos de y el ramo fueron una obra de Floristería Macías (de El Puerto de Santa María). De la decoración floral de la Sala elegida para la celebración en el Parador se encargó el equipo de bodas, en perfecta colaboración con los novios para que siguiese el discurso romántico iniciado en la ceremonia.
L.O.V.E de Nat King Cole fue la canción que abrió el baile de estos enamorados novios en una tarde que fue puro amor tras disfrutar de un menú en el que los novios escogieron: ensalada de vieiras asadas, queso de cabra caramelizado, caviar de trucha y vinagreta de tomate balsámico. Solomillo de cerdo en albarda, flan de cebolla. El postre se compuso con un semifrío de yogurt y chocolate blanco con colise de frutos rojos y helado de fresa, con celosía de chocolate. Los vinos que acompañaron este menú fueron: Marqués de Arienzo, Tierra y Blanca y Cava Roger de flor.
Los novios ofrecieron un donativo a la AECC en nombre de todos los invitados a los que obsequiaron con unas preciosas acuarelas pintadas por la madre del novio y alfileres en forma de flores para ellas.
El estilo marinero del photocall hizo las delicias de los invitados que se lo pasaron en grande posando en él.
¿Qué destacarían los novios de la organización de su boda por parte del equipo del Parador de Cádiz? Tal y como nos cuenta la feliz novia: "Pilar, María y Nacho, geniales. Nos ayudaron en todo, nos facilitaron muchísimo las cosas y nos ayudaron a conseguir que saliese todo perfecto."
Las fotos que dejan escrita en imágenes esta boda ideal, son de Miguel Jiménez. Su viaje de vida comenzó con una escapada a la Riviera Maya ,a Tulum, un destino de lo más romántico para disfrutar de la primera parada de ese nuevo viaje de su vida ya como marido y mujer.
