El Parador de Cangas de Onís se convirtió en el escenario para la boda de ensueño de Cristina y Pepe. En una boda de día en el mes de mayo, esta pareja de enamorados escogió el antiguo Monasterio de San Pedro de Villanueva para celebrar su enlace tras la ceremonia religiosa que tuvo lugar en la emblemática Basílica de Covadonga.
La novia lució un maravilloso vestido de Covadonga Plaza diseñado a medida, combinado con unos zapatos rosa palo, en un toque de ruptura con el blanco tradicional de la mayoría de las novias. Pepe apostó por un chaqué gris con levita negra y chaleco amarillo.
Las joyas y complementos de los novios fueron adquiridos en Suárez en una boda en la que Floristería Pando aportó los toques forales de los espacios así como la media corona que lució Cristina.
Un día de sol y de luz acompañó a los novios y a sus invitados que reservaron los tres comedores del Parador para que sus invitados disfrutaran de la experiencia. Previamente al menú escogido, se sirvió un cocktail en los jardines del Parador, un escenario en el que también disfrutaron del lunch de noche y de la barra libre.
El menú seleccionado por Cristina y Pepe fue una representación de algunos de los productos gastronómicos más significativos de las tierras asturianas. Entrantes fríos y calientes en los que no faltó la estación de jamón y quesos asturianos regados con sidra servida al momento por un escanciador. La apertura de la comida llegó con una crema de andarinas y cigalas, un cortante de sorbete de mandarina dio paso al solomillo de ternera asturiana acompañado de gratén de patata y salsa del exquisito queso de Gamoneu. El postre fue una deliciosa tarta milhoja con yema caramelizada y helado de leche merengada.
Los vinos de Valtea Albariño, el tinto de Martínez Lacuesta y el cava de Reyes de Aragón.
Uno de los momentos más emotivos llegó cuando los novios abriendo el baile, su canción elegida fue la banda sonora de la Bella y la Bestia.
Cristina y Pepe aseguran que el Parador de Cangas de Onís "nos facilitó mucho la gestión y organización de cada detalle de la celebración. Entendieron perfectamente nuestras necesidades y mostraron gran flexibilidad para adaptarse a todo lo que solicitamos. Desde luego tuvieron mucho que ver en el gran éxito de nuestro día".
Cristina y Pepe se fueron de viaje de novios un mes a Méjico, Miami y Bahamas. Un broche de oro para una boda única.
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