El pasado 10 de febrero se celebró el Día Internacional de las Legumbres, establecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura para reconocer la importancia de estos nutritivos vegetales como un alimento global y sensibilizar a la opinión pública acerca de los beneficios que aportan desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, la nutrición, la salud, el cambio climático y la biodiversidad y su importante contribución de cara a conseguir un mundo sin hambre.
Durante siglos las semillas comestibles de las plantas leguminosas han sido una de las principales bases de sustento en nuestro país y antaño eran frecuentes en las dietas de las clases bajas que no podían permitirse la carne o el pescado como fuente de aporte de proteínas. Judías, garbanzos, lentejas, habas o almortas (también llamadas titos o chícharos), por citar algunas de las más conocidas, si bien existen diversas variedades más en todo el mundo, han nutrido la cocina tradicional. Una despensa que ha dado lugar a un amplísimo abanico de especialidades regionales de guisos, cocidos, potajes, ollas, pucheros, potes, escudellas, caldos…
Entregados a nuestra misión de fomentar la tradición culinaria y los productos representativos de las regiones en las que nos ubicamos, las legumbres están muy presentes en las cartas de todos nuestros establecimientos. Como exponente de esta rica y variada oferta hoy os compartimos cinco de los humeantes y reconfortantes platos de cuchara que trufan nuestro recetario, recordando que organismos nacionales e internacionales recomiendan el consumo de al menos tres raciones de legumbres por semana.
Espinacas con garbanzos
A las puertas del Miércoles de Ceniza, iniciamos nuestras recomendaciones con un plato de espinacas con garbanzos, una receta tradicional de Andalucía, comunidad autónoma donde contamos con 16 establecimientos. Una untuosa y melosa elaboración vegana que se caracteriza por su textura mágica y cremosa, muy propia de tiempos de Cuaresma y que, enriquecida con bacalao, constituye uno de los principales potajes de vigilia de nuestro país.
Fabada asturiana
La segunda elaboración es todo un clásico, la fabada asturiana, derivada del ancestral pote de berza, que protagoniza la finura y mantecosidad de la Faba Asturiana IGP, sello que ampara las judías Granja Asturiana, variedad cultivada tradicionalmente en la región. Toda una enseña gastronómica del Principado que no falta a lo largo de todo el año en las cartas de los tres Paradores asturianos con las peculiaridades diferenciales de los compangos de cada zona.
Pochas con codorniz o perdiz
De las prolíficas llanuras manchegas, abundantes en especies cinegéticas de caza menor, os presentamos una deliciosa propuesta típica de toda Castilla-La Mancha. Una receta que aúna las preciadas pochas, las tiernas alubias blancas que se cosechan frescas, guisadas con las reinas de las piezas de caza de pluma estofadas: la codorniz o, dependiendo de la temporada y de las épocas de veda, la perdiz.
Butifarra con mongetes
De nuestros establecimientos de zona noroeste hemos seleccionado la butifarra con mongetes, una sencilla pero sabrosa elaboración tradicional de la cocina catalana, a base de este popular embutido fresco compuesto de carne picada de cerdo condimentada con sal, pimienta y, a veces, otras especias, -similar a las longanizas y a las salchichas, si bien también existen otras variaciones de butifarras cocidas tanto blancas como negras, e incluso de huevo- cocinado a la plancha o a la brasa y de judías blancas salteadas. Una sutil combinación que en alguno de nuestros Paradores se sirve con alioli, un recomendable acompañamiento..
Potaje palmero
Nuestra última etapa nos lleva hasta las Islas Canarias, donde espigando entre los recetarios de nuestros cinco Paradores, os presentamos el potaje palmero, un guiso tradicional con costilla de cerdo que cuenta entre sus ingredientes con habichuelas o garbanzos y que es la versión insular de los cocidos, de los que difiere fundamentalmente en la parte vegetal ya que utiliza productos como la batata, la calabaza o la piña de millo (mazorca de maíz tierno).
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