Si hay algo que hace que España conquiste los corazones de turistas de todo el mundo, es el indiscutible encanto de sus playas. Pero nuestras playas no serían lo mismo sin la magia, la belleza y la grandeza que aportan sus pueblos costeros. Desde sus casas pintorescas y calles empedradas, hasta las impresionantes calas de agua cristalina que se fusionan con el magnífico entorno que rodea a estas localidades, la lista de atributos que invitan a una escapada es interminable. En este recorrido viajamos a algunos de los paraísos en la costa que atesora nuestro país, lugares que afortunadamente cuentan con un Parador que invita a la desconexión y a disfrutar de algunas de las propuestas culinarias regionales más populares.
Mojácar: un paisaje mediterráneo en plena Sierra de la Cabrera
Mojácar tiene el honor de formar parte de la red 'Los Pueblos más Bonitos de España'. El paseo marítimo, ladeado por exóticas palmeras, ofrece una panorámica excepcional del hermoso paisaje del Mediterráneo. No menos impresionante es su casco histórico, repleto de entramados urbanísticos que narran el legado de los musulmanes por la comarca, o la Sierra de la Cabrera repleta de densos bosques de ribera. Ya sea que busques la serenidad del mar, la riqueza cultural o la apacibilidad de la naturaleza, en Mojácar encontrarás respuestas a todas tus inquietudes. Y si eres curioso, te encantará saber que existe una leyenda que sugiere que el mismísimo Walt Disney nació aquí.
Sin salir de la localidad, el Parador de Mojácar es un oasis de descanso que incluye zona wellness, sauna y, por supuesto, un restaurante para deleitarse con las mejores elaboraciones. La cocina marinera es la base de la propuesta gastronómica del Parador, si bien también tiene reflejo de la cocina tradicional alpujarreña. Imprescindibles son las gambas rojas de Garrucha, los arroces caldosos, los pescados del día de la lonja, como el apreciado Gallo Pedro, o recetas tradicionales de puchero, entre otras, la sopa de pescadores de la costa almeriense, la cuajadera de sepia, el ajo colorao o los gurullos.
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Torrox reconocido con el mejor clima de Europa
Torrox, situado en la costa malagueña, presume de disfrutar de un clima primaveral todo el año. Gracias a su valle abierto al mar y a las majestuosas montañas que lo rodean, disfruta de una temperatura media anual de 18º, lo que lo ha hecho merecedor del título 'Mejor clima de Europa' por Meteogroup. Varios tramos del litoral torroxeño lucen la popular Bandera Azul, símbolo de la calidad de las playas españolas, como Torcasol, El Morche, Ferrara y El Peñoncillo. Más allá de sus cautivadores rincones marítimos, el municipio alberga un rico patrimonio histórico. El yacimiento romano de El Faro conserva los restos de una poderosa ciudad romana del siglo I. Además, La Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación resalta con sus techos de estilo mudéjar y estructuras piramidales, mientras que el famoso faro del municipio brinda unas vistas incomparables del paisaje.
A un paso de Torrox, el Parador de Málaga Golf dará un toque especial a tu escapada. Más allá de conectar con una espectacular playa de arena blanca, este refugio cuenta con instalaciones de primera clase, incluyendo pistas de tenis, pádel y un campo de golf, para que disfrutes al máximo en compañía. Además, si eres un amante del turismo costero, el Parador se encuentra en una ubicación privilegiada, muy cerca de otras localidades turísticas como Puerto Banús, Mijas, Torremolinos y Marbella.
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Calabardina: entre playas de arena dorada y calas de agua cristalina
La Costa Dorada y las calas cristalinas hacen de Calabardina un destino cautivador en la región murciana. El pueblo esconde una de sus playas más serenas dentro del Parque Regional de Calnegre y Cabo Cope, donde no solo disfrutarás de un refrescante baño, sino también de explorar un rincón habitado por especies singulares como la tortuga mora. Además, cada primer fin de semana de mayo, Calabardina cobra vida con la celebración de la Fiesta de la Cruz de Mayo. Durante el evento, los residentes confeccionan cruces adornadas con flores naturales y luego acompañan a la procesión de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, por las playas y calles empedradas, al son de los tambores y cornetas.
El Parador de Lorca, situado a solo un paso de Calabardina, es un auténtico tesoro histórico y artístico. Este imponente castillo alberga una antigua sinagoga del siglo XV y la majestuosa Fortaleza del Sol, que incluye un aljibe islámico y fragmentos de la muralla almohade que defendía el cerro donde se erige el conjunto arquitectónico. Después de explorar los encantos de los pintorescos pueblos costeros, el Parador ofrece el lugar perfecto para relajarse y recargar energías. Ya sea disfrutando de tratamientos rejuvenecedores con Aloe Vera y Jalea Real o sumergiéndose en su impresionante piscina interior, aquí encontrarás el merecido descanso tras tus aventuras.
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Altea: un paraíso de calas, acantilados y parques naturales
En Alicante, Altea llama la atención por el rico caudal de tesoros naturales que presenta. Con seis kilómetros de costa, ofrece una variedad de playas que tienen un encanto único. L’Olla, Solsida, Cap Negret, Albir, Cala del Mascarat o La Roda esconden pequeñas calas entre acantilados que brindan unas increíbles vistas al Mediterráneo y la oportunidad de disfrutar del sol, la brisa marina y la tranquilidad, sin la masificación típica de otras playas. Pero Altea también posee una rica naturaleza para explorar. Vale la pena hacer una excursión a la isla alteana de Olleta, ubicada dentro del Parque Natural de Serra Gelada, que alberga restos arqueológicos de la época romana. Además, la Sierra de Bernia posee emocionantes rutas de senderismo, como la Ruta de los Arcos o la Ruta del Forat de Bèrnia. Y, por supuesto, en su casco histórico, te perderás por sus calles estrechas y empedradas que narran la historia del paso de los musulmanes por la hermosa localidad.
Rodeado por la deslumbrante Costa Blanca, el Parador de Jávea se alza en una localidad con profundas raíces en la tradición marítima. Nuestro establecimiento ofrece el mejor mirador para contemplar todas las maravillas que este encantador pueblo alicantino ofrece: playas de arena blanca, recónditas calas de aguas cristalinas y paisajes naturales de valles y montañas. Además, su restaurante, enmarcado por una hilera de exuberantes palmeras, es el refugio perfecto para deleitarse con las especialidades culinarias alicantinas, como la paella, la fritura de pescado, el pulpo o la paletilla de cabrito.
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El Rompido y su espectacular playa vírgen en medio del océano
El Rompido es uno de los pueblos onubenses más bonitos de Huelva, enmarcado en un auténtico paraíso como el Paraje Natural de las Marismas del Río Piedras. Sus pintorescas casas blancas se alinean junto a una impresionante playa urbana de 1000 metros. Un punto de interés imprescindible de conocer es 'La Flecha de El Rompido', una formación que se abre al océano a través de una de las playas vírgenes más singulares y cautivadoras de la región. Aquí, además de disfrutar de un refrescante baño, puedes emprender rutas senderistas por sus bosques de pinos piñoneros. Si eres un apasionado de la fauna, el área protegida de Las Marismas ofrece la oportunidad de avistar delfines, una experiencia especialmente emocionante para los benjamines de la casa.
A apenas media hora de El Rompido, el Parador de Ayamonte emerge rodeado por un paisaje salpicado de iglesias mudéjares y casonas de indianos. El edificio se localiza sobre las ruinas del castillo romano y desde su terraza puedes disfrutar de los bellos atardeceres en la desembocadura del Guadiana. De hecho, gracias a su ubicación junto al Puente Internacional del Guadiana, podrás adentrarte en la belleza de los pueblos costeros portugueses y aprovechar tu andanza para descubrir la excelentísima gastronomía lusitana.
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Ribadesella: deltas increíbles y un casco histórico declarado Bien de Interés Cultural
Ribadesella, acariciada por las aguas de la Costa Verde, fusiona la rica tradición marinera e histórica en un paisaje único. El pintoresco barrio de Arenal de Santa Marina es una parada obligatoria para los viajeros. Allí, se encuentran varias villas románticas, como la del Rosario, testigos de la opulencia de la burguesía del siglo XX. En este lugar, puedes disfrutar de un baño refrescante en la espectacular playa de Santa Marina, donde el famoso río Sella desemboca en el mar, creando uno de los deltas más impresionantes de España. En el casco histórico, declarado Bien de Interés Cultural, se entrelazan diferentes corrientes artísticas. Si eres de los que disfruta callejeando, no te pierdas la imponente capilla gótica de Santa Ana, el Ayuntamiento decorado según los principios platerescos y renacentistas, y las numerosas casas señoriales de los siglos XVII y XVIII, que conforman un verdadero museo al aire libre.
A unos 20 minutos de Ribadesella, resguardado por los Picos de Europa, te espera el Parador de Cangas de Onís. Sus cálidas y acogedoras estancias, construidas con piedra y madera, invitan al descanso. Este Parador ocupa el monasterio de San Pedro de Villanueva, un conjunto declarado Monumento Nacional, que atesora vestigios históricos como un pozo monástico del siglo XII y restos de un torreón medieval. Además, sus jardines son un escenario perfecto para maravillarte con la belleza del paisaje asturiano.
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