El Parador favorito de Carlos Sainz
09 de Septiembre 2024
Texto
DIEGO ÁLVAREZ
Fotos
ACCIONA SAINZ XE TEAM

Las cifras, más que vértigo, son puro deleite: 196 rallyes, 26 victorias, 97 pódiums y 757 scratch. Sin olvidar sus 18 rallyes Dakar, con 4 victorias, 4 pódiums y 42 victorias de etapa. De espíritu ganador, trabajador e inconformista, Carlos Sainz Cenamor (Madrid, 1962), premio Princesa de Asturias de los Deportes (2020), se prepara para disputar la próxima cita de la prueba de Arabia con el equipo Ford Performance. Competidor insaciable, metódico y perseverante, busca ganar el Dakar con una quinta marca distinta, porque no tiene límites. Alterna velocidad y familia. Concede a su mujer la clave de su éxito. Y sonríe al compartir con su hijo el ruido del motor como forma de vida.

¿Cómo se vive la experiencia de una primera victoria?

La victoria es el objetivo de todo deportista. La primera suele traer, además de la lógica alegría, la sensación de estar trabajando en la dirección adecuada y, al menos en mi caso, las ganas de seguir mejorando y trabajar para conseguir más victorias.

Dos veces Campeón de España de Rally en 1987 y 1988, y dos veces Campeón del Mundo de Rally en 1990 y 1992 con Toyota. Ha logrado ser subcampeón otras cuatro veces y ha conseguido otros cinco terceros puestos en esta competición mundial de Rally. Ganador de cuatro Rally Dakar… ¿Qué título ha sido el más memorable?

Resulta muy difícil elegir una victoria sobre las demás. Todas tienen una apasionante historia detrás y sus circunstancias particulares. Pero si me pide hablar solo una, me quedaría con el primer Mundial. Fue indudablemente muy especial.

Carlos Sainz, piloto de rallies

Como piloto experimentado en el Dakar, ¿Cuál es la fórmula necesaria para acabar una prueba tan extrema?

Sin duda, es una prueba muy exigente que requiere una preparación física importante. Dentro del coche se pasa calor, se experimentan de forma constante fuerzas e impactos francamente intensos, se conduce ‘a vista’, con las indicaciones del copiloto, pero sin haber pasado previamente por donde se compite, y, además, con la posibilidad de encontrar otros vehículos más lentos con su estela de polvo, que dificulta enormemente la visión. Particularmente, trato de cuidar mucho la preparación física y quizá cada vez más. Poder resistir la dureza física de la carrera permite también trabajar y pensar mejor durante todo su desarrollo, lo que facilita evitar errores, que en el Dakar se pueden pagar muy caros. En definitiva, hay que respetarlo mucho.

La transición del Rally Mundial al Dakar es significativa. ¿Qué le motivó a hacer este cambio y cómo fue el proceso de adaptación?

En 2005 decidí que era el momento de cerrar mi trayectoria en el Mundial de Rallyes y, por entonces, mi amigo Colin McRae ya había participado en el Dakar y me animaba a intentarlo. Hice algunos test con el VW Touareg y me sentí a gusto en el coche, aunque fuera muy distinto a un WRC por su peso y altura. Luego tuve la oportunidad de unirme a Volkswagen con medios y ambición y tomé la decisión de embarcarme en mi primer Dakar. La adaptación no fue problemática, pero aprender todo lo que conlleva una carrera de raids implicó escuchar mucho a quienes llevaban años en el Dakar, adaptar esos conocimientos y mi estilo y, sobre todo, practicar en las dunas y la conducción en el desierto.

Tras un sobresaliente palmarés, ¿Qué le mueve para seguir sumando éxitos?

La pasión por la competición. Amo mi profesión y siento que aún soy competitivo. Soy un afortunado por poder dedicarme a lo que más me gusta y por eso sigo aquí.

El proyecto de Ford Performance, en el que participará como piloto en el próximo Dakar, ¿es una motivación extra?

Estoy contento de correr con Ford, una marca con la que, por ejemplo, debuté en el Mundial de Rallyes o gané el Campeonato de España en los años ochenta, y por la que he pasado en otros momentos de mi trayectoria. Es un proyecto nuevo, hay mucho en lo que trabajar y precisamente esa ha sido siempre una de mis motivaciones. Intentar ganar el Dakar con una quinta marca distinta es mi objetivo ahora.

Carlos Sainz, piloto de rallies

¿Ha probado ya el Ford Raptor? ¿Apostará por un vehículo híbrido como la edición de 2024?

Sí, he tenido oportunidad de probarlo y, aunque es un coche muy distinto al del año pasado, las sensaciones son positivas hasta el momento. Por supuesto, habrá que trabajar tanto como podamos, porque el nivel de la competencia es altísimo, con una combinación de coches nuevos como el nuestro con otros que llevan ya muchos años de evolución. El Ford no es híbrido, si bien los motores del Dakar de hoy no tienen nada que ver con los de hace décadas en cuanto a eficiencia y, por supuesto, emisiones. Se ha avanzado muchísimo, ya que llevamos combustible renovable.

Es propietario del equipo Acciona Sainz Xe Team e impulsor de la Extreme E Championship, competición en la que compite. ¿Ve futuro en las competiciones de coches eléctricos?

El proyecto de Extreme E es muy interesante porque es pionero. Una competición con coches completamente eléctricos, con hombres y mujeres compartiendo el volante de cada coche el 50% del tiempo de carrera, con un programa de actividades para llamar la atención sobre los problemas medioambientales de los lugares donde corremos y con una huella neutra en carbono no es nada habitual en la competición del motor. Entre los equipos presentes hay estructuras de Campeones del Mundo de Fórmula 1, grandes constructores de automóviles y también ACCIONA | SAINZ XE Team. El año pasado el equipo fue subcampeón y en esta temporada pelea de nuevo por el título. Sobre el futuro de las competiciones con coches eléctricos, categorías como Extreme E o Fórmula E demuestran que son viables y emocionantes. Las tecnologías evolucionan y las carreras permanecen: por poner un ejemplo, ganamos el Dakar 2024 con un coche híbrido, cuya potencia provenía exclusivamente de motores eléctricos y donde el motor de combustión ejercía como generador.

Celebración piloto de rallies Carlos Sainz

¿Qué lecciones humanas ofrece la competición de élite?

He tenido la suerte de enfrentarme a rivales de gran talento durante muchos años y trabajar junto a profesionales de altísimo nivel en el ámbito técnico. Todo esto mientras viajamos por todo el mundo y con los objetivos de competir y ganar; por tanto, la cantidad de experiencias vividas es enorme, dentro y fuera del coche, y también las lecciones aprendidas de personas y situaciones.

¿Cómo valora la relevante llegada de su hijo a la Fórmula 1?

De mis tres hijos, Carlos eligió también el deporte del motor como forma de vida, aunque optó por los circuitos y no por los rallyes. Pasó por la escalera de competiciones de promoción, que es dura y selectiva hasta que buenos equipos apostaron por él. Al final tuvo la oportunidad de llegar a la Fórmula 1, donde ya acumula diez temporadas en esa lista de solo veinte pilotos de todo el mundo. Se ha sacrificado mucho por sus objetivos, ha conseguido ganar Grandes Premios y no tengo duda de que su meta es seguir peleando por el Mundial. Como puede imaginarse, estoy feliz por él. Compartir profesión quizá nos permite comprendernos bien en algunos momentos, pero por lo demás tenemos una relación padre-hijo normal.

Siendo un hombre de familia, ¿Cómo ha equilibrado la vida de casa con su carrera?

Siempre he tratado de estar cerca de mi familia, aprovechando los pequeños resquicios que me ha permitido mi profesión. No obstante, pasar doscientos días o más al año fuera de casa es duro para mantener una vida familiar y la pieza clave ha sido siempre mi mujer, quien ha sido una fantástica madre para nuestros hijos. Ha comprendido siempre mi compromiso con la competición y ha facilitado al máximo el poder participar en los momentos importantes en casa, a veces incluso sin estar físicamente.

¿Conoce la red de Paradores? ¿Cuál es su favorito?

Sí, claro que la conozco y, cuando viajo por España, siempre trato de buscar la ubicación de un Parador para quedarme. El servicio es fantástico y sabes que nunca fallas.