Entra el viajero en el corazón de un bosque mágico y podría parecerle que allí habitan las hadas, tan fascinante es el paisaje.
Pequeño tesoro de hayas, arboleda profunda y breve que guarda en su interior uno de los árboles más antiguos de la península, un haya de 500 años. Es el secreto guardado durante siglos por Ciñera de Gordón, en mitad de una Reserva de la Biosfera, donde la provincia de León se hace norte y carbón. Tan viejo el bosque que la modernidad no le ha arrancado la vieja f de su nombre y sigue siendo el faedo, espacio encantado de mil paisajes sucesivos.
En tan poco espacio se abre la histórica 'Bocamina 50', el tajo donde los mineros extraían el tesoro del carbonífero convertida hoy en museo y altar a Santa Bárbara bendita, la praderona que fue descanso obrero, el bosque encantado recorrido hoy por una senda de tablas, el cañón horadado por un riachuelo, la senda al borde de la caída que recorrían las brigadas de la mina hasta atravesar el temido Puente de Palos, ahora un pontón, que cruzaban con tiento en época de nieve o empapados por la lluvia, las crestas devónicas de formas caprichosas y las pozas glaciares que sirven hoy de piscinas naturales a los viajeros intrépidos que se atreven a sostener el pulso al agua siempre helada.
Encontrarás esta maravilla de la naturaleza a 50 km del Parador de León, hotel monumental con tanta historia que han enmudecido sus muros, levantados con el dinero del rey Fernando el Católico, un tesoro isabelino admiración del Viejo Continente que fue hospital de peregrinos.