Los singulares vinos de viticultura heroica del occidente asturiano protagonizan la segunda de las cenas maridadas que el Restaurante Llar del Molín del Parador de Turismo Molino Viejo de Gijón ha organizado durante el último trimestre de este año para afianzar su posición como referente dentro de la amplia y valorada oferta gastronómica gijonesa, no solo para el turista de paso sino también para el cliente local. Una iniciativa que añade un nuevo atractivo a su apuesta por la cocina tradicional asturiana de raigambre marinera puesta al día en presentaciones y elaboraciones.
Tras la experiencia inaugural con las sidras, en la velada del viernes 3 de noviembre los vinos de la Bodega Monasterio de Corias, anexa al Parador de Turismo situado en Cangas del Narcea, se armonizarán con un creativo menú de temporada diseñado para la ocasión por el nuevo jefe de Cocina del Parador gijonés, el chef ovetense Abraham Alonso. Hablamos de un profesional con una dilatada trayectoria cuya base es el recetario tradicional de su Asturias natal con una visión actualizada, y que conoce a la perfección estos vinos puesto que ya dejó su impronta desde 2019 en los fogones del Parador de Corias, desde donde ha dado ahora el salto a la capital gijonesa.
Como aperitivos se podrá degustar berza rellena de verduras de invierno ligeramente ahumadas, y huevo de corral y setas de temporada con consomé de otoño acompañados con Monasterio de Corias Finca los Frailes’ 19, un tinto con ocho meses de crianza en barrica de roble que ensambla las variedades Albarín negro, Carrasquín, Verdejo tinto y Mencía.
Para el plato de pescado, una lubina del Cantábrico con emulsión de su colágeno, se ha seleccionado el Monasterio de Corias blanco ’22, un frutal monovarietal de Albarín blanco.
Otro tinto más complejo, el Monasterio de Corias Pago de Narcea ’19, un cupage de Carrasquín, Albarín negro y Verdejo con un paso de un año por madera, realzará la receta cinegética propuesta para el otro plato principal: lomo de ciervo con enebro y manzana reineta.
Finalmente, para el postre, tatín de calabaza y pomelo, se ha optado por un espirituoso, el digestivo Orujo de Hierbas que la bodega canguesa produce destilando los hollejos procedentes de la elaboración de los vinos.
El precio del cubierto es de 59 euros, e incluye además café o infusión, trufa de chocolate y selección de panes y AOVE. Las plazas para la cena son limitadas. Las reservas pueden realizarse en el correo electrónico [email protected] o en el teléfono 985370511.
El primer ciclo de catas maridadas culminará el 1 de diciembre, día en el que las cervezas tomarán el relevo a los vinos y a la sidra.