Villafranca del Bierzo y Santiago de Compostela acogen la XXVII edición de Las Edades del Hombre, un proyecto cultural con más de treinta años de recorrido, nacido en Castilla y León, que pone de relieve la riqueza patrimonial de la comunidad autónoma más grande de España.
El Camino de Santiago no es solo un viaje físico, sino también espiritual. Su trazado pone de relieve los valores humanos de quienes peregrinan hacia la tumba del apóstol y, también, los de los lugareños que tienden la mano a los que portan cientos de kilómetros a sus espaldas. Es una exaltación de la hospitalidad, la virtud de acoger y ayudar a los viajeros, de dar la bienvenida a los extraños. Esa “hospitalitas” es el tema conductor de la nueva edición de Las Edades del Hombre que, en Villafranca del Bierzo y Santiago de Compostela, recorre la evolución de un valor intrínseco del Camino, que no solo ha dejado huella en los habitantes de estos lugares, sino también en los hospitales y albergues destinados a los peregrinos que se dirigen hacia poniente.
Villafranca del Bierzo
A la entrada del angosto valle que atraviesa el Camino en dirección a Galicia, donde la llanura da paso a elevadas cumbres y verdes laderas, se encuentra Villafranca del Bierzo. Su origen está ligado a la hospitalidad peregrina. En 1120, los monjes de la orden de Cluny que llegaron de Francia se instalaron en la villa y fundaron el priorato de Santa María, una hospedería que no tardó en rodearse de varios hospitales que atendían a los peregrinos.
La iglesia de Santiago, testigo pétreo de la hospitalidad de los habitantes de esta localidad, da la bienvenida a los visitantes de la exposición y los introduce en un mundo rico en simbolismo y espiritualidad. Allí se encuentra la mítica Puerta del Perdón, donde, a lo largo de los siglos, los peregrinos enfermos que no podían seguir hasta Santiago conseguían el jubileo.
La exposición continúa en la Colegiata de Santa María, monumental edificio reformado en el siglo XVI que acompaña al viajero antes de abandonar la Villa e internarse en el valle del río Valcarce.
El moderno Parador de Villafranca del Bierzo está a apenas diez minutos a pie de ambos templos. Ofrece vistas magníficas para disfrutar degustando la genuina y renovada cocina berciana, basada en reconocidos productos de esta prolífica comarca leonesa. El botillo es, sin duda, el plato más emblemático.
El menú del Camino
Para conmemorar esta nueva edición de Las Edades del Hombre, el Parador de Villafranca del Bierzo propone un menú especial con platos característicos de las cinco comunidades españolas que atraviesa el Camino:
Aperitivos
Goguera de conejo — Aragón
Pan soplao relleno de tartar de viera ahumada y algas — Galicia
Platos
Rulo de cordero asado con cogollo de Tudela a la brasa — Navarra
Bacalao al ajo arriero — Castilla y León
Postre
Peras al vino — La Rioja
Bodega
Agua mineral filtrada
Copa de vino blanco o tinto D. O. Bierzo
Café o infusión
La pequeña Compostela, sus misterios y leyendas
Desde el Parador de Villafranca, esta experiencia permite descubrir a pie el casco histórico de Villafranca del Bierzo, las historias misteriosas que la rodean y sus leyendas y tradiciones ancestrales.
Santiago de Compostela
El descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago, en el año 813, inauguró un itinerario de peregrinación que desde entonces recorre Europa. Cada año, la ciudad acoge a millones de personas que acuden ante las puertas de su catedral y alzan los ojos hacia el majestuoso Pórtico de la Gloria, que concedió al maestro Mateo la inmortalidad.
Este espacio singular acoge la segunda parte de la exposición, concretamente la cripta, bajo el pórtico. A escasos metros de la catedral se encuentra el monasterio de San Martín Pinario, una de las obras más destacadas del barroco gallego que pone el broche final a esta edición de Las Edades del Hombre.
Si hay un monumento que exalte el valor de la hospitalidad a lo largo del Camino es el hostal dos Reis Católicos. De fachada plateresca, nació como Hospital Real para acoger y ayudar a los peregrinos que llegaban a la ciudad. Hoy es el Parador de Santiago de Compostela, un oasis de descanso con vistas a la plaza del Obradoiro. Alberga la colección más numerosa de la Escuela de Madrid de la colección de Paradores, con más de 140 obras de artistas como Martínez Novillo, Álvaro Delgado o Menchu Gal. Exponente de la cocina gallega, dispone de dos espacios gastronómicos diferenciados: el Restaurante dos Reis y el Enxebre. El primero potencia las excelencias del producto de proximidad. El segundo, más informal, rinde culto a la tradición gallega, con sabor y autenticidad.