Es tiempo de enfundarse el neopreno y disfrutar de una ruta surfera por las aguas del Cantábrico, Atlántico y Mediterráneo. Paradores sugiere algunas pistas para sumergirse en entornos idílicos repletos de buen ambiente.
Subirse por primera vez a una tabla es una experiencia inigualable. La extensa geografía del litoral español se presta a la práctica de un deporte que enfrenta el temperamento del mar, con olas que seducen a los principiantes y retan a los más avezados. En el País Vasco, decir Mundaka es decir surf. En la desembocadura de la ría de Urdaibai renace una de las olas izquierdas más deseadas del planeta, una auténtica cresta marina que ocupa el top 10 mundial. Con cinco metros de altura y casi quinientos de longitud, su envergadura plantea un gran desafío incluso para los surfistas más expertos.
Sin abandonar el País Vasco, en Meñakoz, se encuentra otro templo del surf, con una ola impactante de casi siete metros que provoca a los experimentados. Zarautz es para muchos la capital del surf en Euskadi y acoge citas de los grandes campeonatos internacionales. El buen ambiente y la versatilidad de las olas permite a los principiantes sumergirse en el mundillo del surf y “estar a la onda”.
En el paraíso cántabro, la playa de Los Locos presume de tener olas todo el año. Son estelas limpias y enérgicas que sitúan a este arenal en uno de los pódiums de honor. En Somo, la posibilidad de cabalgar las mareas se extiende por más de cuatro kilómetros de playa.
Las playas del litoral asturiano son una joya para los amantes del surf. En Rodiles, las olas azotan con energía la orilla, lo que convierte este arenal en un enclave de emociones fuertes. Tapia de Casariego es la sede de un reconocido campeonato de Europa. El hermoso enclave, aunque de pequeñas proporciones, cuenta con bandera azul y condiciones inmejorables para gozar de este deporte. En la Playa de Salinas las olas son constantes, sobre todo en los meses de invierno, con picos de gran tamaño, perfectos para surfistas avezados.
En la bravura del litoral norte, azotada por el Atlántico, no podía faltar la playa de Razo, en Galicia. En el corazón de la Costa da Morte, el ambiente marinero es impresionante y el ritmo de las mareas retumba en un paisaje sobrecogedor. La playa de Pantín, entre El Ferrol y Cedeira, es una catedral surfera de primer nivel, rodeada por un paraje tan hermoso como enigmático. En este arenal se celebra el Pantín Classic, una de las pruebas clásicas del surf en todo el mundo.
Patrimonio surfista
Tarifa es otro punto vital del surf en España. El viento está asegurado, aunque las olas pueden dar algún que otro quebradero de cabeza. Son menos potentes que en el norte, pero las extensas playas del litoral andaluz logran que alcancen un recorrido larguísimo. En la costa gaditana, la playa de El Palmar regala en los días de viento unos tubos llenos de adrenalina. El buen ambiente, las agradables temperaturas y el carácter impetuoso del mar ponen el broche de oro a este patrimonio surfista.
Aunque el Mediterráneo es menos impulsivo que el resto de las aguas, la playa de La Mata, en Alicante, alberga uno de los tesoros del surf oriental. Si después de una jornada reposas las sensaciones en la arena dorada, la experiencia habrá sido más que gratificante. Las islas Canarias están repletas de impresionantes templos surferos. En Lanzarote, la playa de Famara recibe el azote del viento sobre un arenal de territorio volcánico. Un escenario que se repite en El Quemao, cuyas olas se caracterizan por ser muy duras, a caballo entre espirituales y arriesgadas. Las playas de Fuerteventura, como la de Corralejo, son magníficas para cabalgar entre las crestas y recrearse con el encanto de sus paisajes naturales.
Ruta surfera con Paradores
A lo largo del litoral español se puede acceder a la amplia oferta de Paradores. El de Hondarribia ofrece descanso en una villa de trazado medieval. Los Paradores de Cantabria y Asturias invitan no solo a disfrutar de la cercanía a la costa, sino de la belleza de las agrestes montañas. En el sur, Cádiz exhibe un edificio de planta moderna con impresionantes vistas a la bahía. Y para contemplar el Mediterráneo, el Parador de Jávea brinda la oportunidad de conocer encantadoras calas y miradores con vistas excepcionales. Ya en Canarias, sus cinco paradores constituyen una privilegiada base de operaciones para conocer las islas afortunadas.