A las puertas de la festiva, y divertidamente terrorífica, velada del 31 de octubre, es el momento de envolvernos en una atmósfera muy especial, a la luz de la luna llena, para conocer intrigas palaciegas e historias de amor trágico, reliquias con un poder sanador, misteriosos enigmas sin resolver, e incluso alguna que otra historia de fantasmas, tal y como invita la ocasión. Todas ellas pertrechadas en lugares de leyenda, como lo son los monasterios, palacios y castillos de Paradores, que evocan la grandeza de otro tiempo y que nos invitan a disfrutar de una experiencia única. Alojamientos que, algunos de ellos, forman parte de nuestra oferta otoñal. ¿Preparados? Que se haga la magia...
El Parador de Cangas y una abadía llena de secretos
Como si te adentraras en una novela de misterio, así te sentirás en este Parador del siglo VIII, que fue mandado construir como panteón real un 21 de febrero del año 746, por el rey del Reino de Asturias, Alfonso I el Católico. Cuatro siglos después, los monjes benedictinos levantaron el Monasterio de Villanueva, declarado Monumento Nacional. Un maravilloso enclave para disfrutar del arte románico enmarcado en un imponente entorno natural. Además, sin salir del Parador, podrás disfrutar de actividades como "Un misterio en la abadía", que se realiza para poner a prueba tu talento investigador. Y es que tras los muros de este milenario cenobio se produjo un asesinato, cuyas claves tendrás que resolver siguiendo varias pistas que encontrarás en diferentes puntos estratégicos del Parador que te llevarán al restaurante, biblioteca y claustro. Te sentirás como Guillermo de Baskerville en 'El nombre de la Rosa'.
La resolución del misterio se podrá esclarecer de la mano de un monje benedictino a través de una visita teatralizada. Después de una jornada de misterio seguro que te apetecerá respirar el aire puro del Parque Nacional de Picos de Europa, un lugar mágico e imprescindible salpicado por cañones, desfiladeros, grutas y simas. Asimismo puedes divertirte con la fauna característica del lugar encabezada por el rebeco, el urogallo o el lobo. Tras una jornada satisfactoria pon el broche de oro en nuestro restaurante y deléitate con la amplia gama quesera asturiana.
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Un fatídico amor sigue resonando en el Parador de Sigüenza
En el Parador de Sigüenza se tejió una de las leyendas más populares de estos emblemáticos alojamientos. El monarca Pedro I se casó con la princesa Blanca de Borbón para afianzar las relaciones entre España y Francia. El rey no contrajo matrimonio enamorado, ya que, por aquel momento, su corazón estaba ocupado por María de Padilla. Cansado de su relación, decidió recluir a su esposa en el castillo seguntino durante cuatro años hasta su traslado a Andalucía, donde, dicen, fue asesinada. Hoy tras los muros de este impresionante castillo, en el que han dormido reyes, cardenales y obispos, sigue resonando esta historia, en la que Blanca de Borbón sigue estando presente. Leyendas que hacen, sin duda, más fascinante la estancia en esta fortaleza originaria del siglo XII que domina la ciudad.
Un alojamiento cercano a parajes naturales, que se vuelven mágicos en esta época del año. Es el caso del Parque Natural del Barranco Dulce, que alberga preciosos bosques que en otoño se tiñen de colores dorados, ocres y rojizos, ofreciendo un auténtico espectáculo para la vista. Asimismo, la comarca de Sigüenza está plagada de corrientes artísticas de todas las épocas, entre otras, del Renacimiento, encabezado por la iglesia de Nuestra Señora de los Huertos, o del Románico, presente en el conjunto arquitectónico de San Vicente.
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La leyenda de los anillos de Santo Estevo
Volvemos a un monasterio, esta vez en pleno corazón de la Ribeira Sacra, para rememorar una historia que dejó de ser leyenda para convertirse en novela bajo el título de 'El bosque de los cuatro vientos' de María Oruña. Lo que sucedió allí tiene que ver con nueve obispos que entre los siglos X y XI se retiraron a esta abadía en la que guardaron sus anillos episcopales, famosos por curar a los maldispuestos. Estas joyas estuvieron en paradero desconocido durante siglos, hasta que fueron encontrados en una bolsa de tela, acompañados de un pergamino con la inscripción: “Estos cuatro anillos son de los que quedaron de los nueve Santos Obispos, los demás desaparecieron. Por ellos se pasa agua para los enfermos y sanan a muchos”.
Un hallazgo fascinante del que hoy puedes disfrutar en este asombroso retiro, imponente por sus tres claustros (uno románico, uno gótico y uno renacentista), su historia y, por supuesto, por el escenario natural, en el que se emplaza con vistas al espectacular cañón del río Sil, perfecto para disfrutarlo en estos meses. Te embrujará.
Parador de Cáceres: la historia de la princesa y su trágico destino
Este Parador, que engloba dos antiguos palacios góticos, encierra una historia en el que se mezclan el amor, las traiciones y la conquista de una ciudad. La princesa musulmana, hija del señor de la ciudad, decidió entregar su corazón a un capitán cristiano, en pleno asedio fallido de las tropas de Alfonso IX a Al-Qazires. Y entre promesa y promesa de amor eterno, en varios encuentros clandestinos, le entregó las llaves de las puertas de un pasadizo, el mismo que usaba para verle, y con ello, el ejército del monarca leonés pudo al fin entrar en la ciudad. La joven, se lo confesó a su padre, quien, fruto de su ira, y según cuenta la leyenda, usó su poder de brujo para convertirla en gallina. Una historia que cobra vida cada 23 de abril cuando la sombra de este animal recorre las calles cacereñas, próximas al Palacio de Torreorgaz, para lamentarse de su desdicha.
Pero no sólo de trágicas historias vive este Parador, ya que esconde una de las pocas torres que permanecen en pie en la ciudad y una lápida romana del siglo II. Asimismo, saliendo de sus muros se agolpan multitud de planes que se pueden llevar a cabo. Un recorrido por el casco histórico de la ciudad te hará toparte con joyas arquitectónicas como la Plaza Mayor o el Palacio de las Veletas. Asimismo, hay paradas que no puedes perderte, por ejemplo, las cuevas de arte rupestre en Maltravieso o la espectacularidad del Parque Nacional de Monfragüe, declarado Reserva de la Biosfera.
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¿Qué tiene de especial la habitación 712 del Parador de Cardona?
La habitación 712 del Parador de Duques de Cardona sucumbe al amor y al misterio, simultáneamente. La joven Adalés, hija del vizconde Raimon Folch, quedó prendada de un apuesto musulmán. En aquella época suponía un verdadero escándalo. Por ello, su padre tomó cartas en el asunto y condenó a su sucesora a vivir encerrada en la Torre Minyona. Allí, según se dice, la inocente niña murió de pena y en su antiguo aposento, hoy estancia del Parador (aunque permanece vacía, salvo solicitud expresa) hay quien dice que se escuchan voces, lágrimas y golpes. ¿Podría ser la cercanía con el ascensor y el cuarto donde se guardan utensilios de limpieza el origen de estos sonidos? Desde Paradores no lo vamos a negar ni a desmentir. Pero sin duda, esta es una fascinante crónica que no deja indiferente a nadie.
Sea como sea lo que sucede en ese lugar, el alojamiento es pura maravilla medieval. En el ambiente se respira majestuosidad y belleza medieval. Y es que el Parador de Cardona se alza en medio de un promontorio de la Edad Media del siglo IX. Sus fosos, torres y murallas conjugan a la perfección con la modernidad de nuestros días. Asimismo, el casco histórico de la ciudad sobresale por sus entramados arquitectónicos latentes en las calles y plazas. También tienes la oportunidad de sumergirte en una experiencia única visitando el Parque Natural Montaña de Sal, un enorme yacimiento que alberga preciosos y variados minerales.
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Bajo la sombra de los Eguilior en el Parador de Limpias
En el Parador de Limpias, donde el rey Alfonso XIII tenía su residencia de verano, se dice que coexisten nada más y nada menos que tres fantasmas: Manuel de Eguilior, conde de Albox y gobernador del Banco de España, su sobrina Margarita y el sirviente de la joven. Históricamente, el edificio ha estado vinculado a esta particular familia. El político, natural de la región cántabra, ordenó la construcción del hoy Parador de Turismo para dar cobijo a su estirpe durante 28 años. Pero no todo fueron hitos y felicidad. Margarita de Eguilior falleció a la edad de 29 a causa de una pulmonía. Aunque nos dejó en cuerpo y alma, las malas lenguas insinúan que su espíritu sigue vivo. Hay quienes dicen haber escuchado a la muchacha tocar el piano, aunque ya se sabe que en un hotel siempre se puede dar la circunstancia de que algún cliente ponga la radio un poco más alta de lo recomendable... Lo importante es que hasta la fecha nadie se ha encontrado con doña Margarita directamente.
Sea como sea, si hay algo innegable es la belleza marinera que rodea al palacio, abrazado por preciosos jardines y su entorno. Desde el Puerto del Rivero y el Museo Naval al aire libre, hasta las casas señoriales y de indianos en el casco histórico. Además, lejos de refugiarse en estas historias, aquí se respira bienestar. ¿Será por qué les mimamos con la gastronomía cántabra tan selecta? No nos extraña. Dada la época en la que nos encontramos, a nosotros también nos apetecería probar un delicioso cocido montañés de los chefs del restaurante o la ligereza de sabores que ofrecen los pescados y mariscos del mar Cantábrico.
