Magüí Mira: "La historia de Salomé es capaz de hacernos gozar y reflexionar"
04 de Agosto 2023
Texto
Miguel Renuncio
Fotos
Jero Morales, Ángela Ortiz, SERGIOYXIMENA

Trabajadora y luchadora incansable, Magüi Mira comenzó tarde su carrera como actriz profesional —tenía 36 años cuando se subió por primera vez a un escenario para dar vida a Molly Bloom—, pero desde entonces no ha parado de actuar. A día de hoy, sigue llenando teatros dentro y fuera de España, y sus apariciones en cine y televisión son igualmente memorables. Sin abandonar nunca la interpretación, ha desarrollado también una exitosa trayectoria como directora, dramaturga y productora. Por todo ello, ha recibido numerosos premios y reconocimientos a su labor artística.

¿Qué tiene Molly Bloom para que haya querido volver a interpretar ese papel tantos años después? 
Casualmente, me tropecé con una grabación de la versión que hice en 1986 para televisión y, al verla, me di cuenta de que yo encarnaba muy bien las palabras de James Joyce, pero con muy poca conciencia de lo que estaba diciendo. Entonces, me puse a estudiar otra vez el último capítulo del Ulises y dejé de “surfear” por el texto para empezar a “bucear” en él. La obra de teatro, en 1980, fue un escándalo, porque se hablaba de sexo sin tapujos, pero ahora es todavía más revolucionaria, porque las mujeres seguimos siendo objetos y no sujetos. Yo me di cuenta de que había que volver a encarnar a esa mujer, con la diferencia de que entonces tenía 36 años —la edad del personaje— y ahora tengo 79, pero eso me ha dado libertad para aportar mi manera de entender este texto. Aunque el capítulo completo son 24.000 palabras, yo solo digo 7.400, pero no son las mismas que dije entonces. En estos más de 40 años, el país ha avanzado mucho y ahora vivimos un momento fascinante y peligroso a la vez, en el que hombres y mujeres tenemos que sumarnos para que este país siga avanzando en espacios de libertad para todos y en una sociedad más justa.

¿Qué experimenta cada vez que se sube a un escenario?
Para actuar tienes que tener talento, que digamos que es la capacidad de conmover al espectador. Y esa capacidad yo la tengo o pisando el escenario o dirigiendo. Son dos maneras muy diferentes de llegar al público, pero cuando consigo que el espectador goce y reflexione —la suma de ambas cosas— siento y hago sentir la fuerza colectiva del ser humano, y eso me produce muchísimo placer.

Y cuando dirige, ¿no echa de menos actuar?
Sí, a veces me gustaría, pero es una utopía. Esto es arte escénico, y ese arte es una suma de talentos fascinante. Tengo el grandísimo privilegio de dirigir a unos actores muy talentosos y a un gran equipo artístico. Para mí, es una suerte poder trabajar con Belén Rueda, Luisa Martín, Juan Fernández, Pablo Puyol, Sergio Mur, Antonio Sansano, Jorge Mayor, José Fernández y José de la Torre, además del coro, que es fabuloso. 

¿Qué la llevó a fijarse en la historia de Salomé para escribir su nueva obra de teatro?
Creo que uno de los activos más grandes que mueven el mundo es el sexo, y ese activo tan poderoso que emana de la mujer no se había estudiado hasta este momento. Ahora sí se está empezando a estudiar y se le ha puesto nombre: capital erótico. Se trata de mujeres carismáticas, bellas, inteligentes y que tienen el don de la seducción, como es el caso de Cleopatra, Salomé, Ava Gardner… El hombre teme el poder de estas mujeres, porque sabe que es abducido por él, y por eso las penaliza llamándolas femmes fatales. Hay que tener en cuenta que el sexo da la vida, pero también da la muerte. De hecho, los franceses llaman al orgasmo la petite mort… Nada es casual. En época de Salomé, los romanos han ocupado Judea y mantienen allí a un reyezuelo, Herodes, mientras sus opositores, liderados por Juan el Bautista, permanecen en el desierto. Salomé vive casi como una prisionera en el palacio de Herodes, pero toma conciencia de que tiene un poder: su capital erótico. Ese poder, como cualquier otro, debe mantener una ética y no traspasar una determinada línea roja, porque si la traspasas el macho ya no te teme, te mata.

¿En qué se diferencia su Salomé de la de Oscar Wilde o de las distintas adaptaciones cinematográficas que se han hecho? 
Todas las miradas son buenas y todas suman, porque todas provocan algo en algún espectador. Yo no pretendo que mi Salomé sea mejor que ninguna; simplemente, ahora tengo más conocimiento y más conciencia. Mi Salomé está anclada en el momento histórico en el que ella vivió. No he querido descontextualizarla, porque para mí es muy impactante que esa historia sucediera realmente y que siga estando en nuestra memoria colectiva. Eso tiene una fuerza y una potencia mucho mayor para hacernos gozar y reflexionar. 

¿Qué nos puede decir de Belén Rueda? 
Creo que Belén es tan buena actriz porque su compromiso y su generosidad son infinitos. Por supuesto, también es muy talentosa, porque tiene una capacidad de verdad como no he visto otra igual. Yo aprendo muchísimo de ella. Es la segunda vez que trabajamos juntas en un gran proyecto, después de Penélope, y tiene toda mi admiración.

De todos los premios que ha recibido, ¿con cuál se quedaría?
El Valle-Inclán de 2019 me produce sentimientos encontrados, porque de momento soy la última que lo ha recibido [no ha vuelto a entregarse después de la pandemia]. El jurado es muy profesional y la elección se hace en vivo mediante el sistema Goncourt, de modo que nadie sabe lo que va a ocurrir hasta la siguiente votación. Por otra parte, para mí fue muy emocionante recibir el año pasado la Medalla al Mèrit Cultural de la Generalitat Valenciana, porque es mi tierra y me acordé mucho de mis padres, mis hermanos, mi abuela… 

Usted es una persona que viaja mucho… ¿Cuál es su opinión sobre la red de Paradores? ¿Hay alguno que le guste especialmente?
Los Paradores son unos lugares maravillosos por la belleza de sus piedras y por las personas que les dan vida. En algunos de ellos, como es el caso del de Mérida, siempre que voy conozco a alguien. Ese Parador es un buen ejemplo de la síntesis entre la belleza del edificio y el magnífico equipo humano que lo habita, en este caso liderado por Daniel de Lamo.