Es uno de los ecosistemas más valiosos de nuestro planeta y está mucho más cerca de lo que crees. Las Tablas de Daimiel, Parque Nacional desde el año 1973, es, además un destino protegido como Reserva de la Biosfera Mundial. El nombre seguro que te sonará pero...¿por qué se llaman tablas? Es por la configuración del terreo que provoca que grandes extensiones de agua se queden someras, con apenas un metro de profundidad, que se convierten en el hábitat perfecto para multitud de especies de flora y fauna. Dos Paradores, el de Manzanares y el de Almagro, están muy cerca de este Parque Natural
Un tesoro único
En el corazón de La Mancha encontrarás el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, un lugar tan único que la UNESCO lo convirtió en Reserva de la Biosfera por sus humedales llenos de vida en un lugar que tendría que ser seco. El parque es un ejemplo de naturaleza en estado puro, en estos humedales numerosas aves paran en su migración por Europa, un lugar bello y conocido desde hace siglos que se ha mantenido gracias a la protección especial. Hoy en día, la variedad de aves que pasan temporadas en este parque lo han convertido en un destino de escapada para los amantes de la naturaleza y, en especial, de los aficionados al bird watching.
La cantidad y variedad de flora que existe en las Tablas hará que no sepas dónde mirar exactamente, ¡hay tanto tanto que ver! La vida salvaje se abre aquí paso en un espacio que está a tan sólo 26 kms del Parador de Almagro y a 30 del Parador de Manzanares. Aprovecha para disfrutar de un tour guiado en 4x4 para no perderte ninguna de las explicaciones de cada ejemplar de flora y fauna que encontrarás en este Parque Natural de las Tablas de Daimiel.
Escapada campestre
En cuanto al alojamiento para vivir esta experiencia, tienes dos opciones muy próximas: el Parador de Manzanares, un hotel de estilo casa de campo de La Mancha en un pueblecito con encanto en el que te recomendamos que pases por el Museo del Queso.
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Si buscas un edificio con historia, entonces reserva en el Parador de Almagro, un convento del siglo XVI con unos patios en los que disfrutar del silencio (ah y en verano tiene una piscina perfecta para escapar del calor)
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