Restaurante Mar i Vent - Parador de Aiguablava
Restaurante del Parador de Aiguablava

El paisaje de la Costa Brava en el plato
La autenticidad y un producto de cercanía de máxima calidad caracteriza la oferta gastronómica del Parador de Aiguablava. Una propuesta que traslada al plato la arrebatadora belleza y la singularidad del paisaje de la Costa Brava. Cocina mediterránea tradicional y de mercado con gran protagonismo de pescados de lonja , mariscos y arroces.
Inmersión en la cocina mediterránea
Pocas cosas hay tan placenteras como una deliciosa comida con espectaculares vistas al mar, con la leve brisa columpiando los veleros y el sol reflejado en el agua. En este entorno único el Restaurante del Parador de Aiguablava ofrece una sabrosa cocina catalana donde destacan las elaboraciones marineras con arroces de Pals, el suquet de pescados de roca, la gamba roja de Palamós, las anchoas de la Escala o la parrillada de pescados.

Tipo de cocina
Regional catalana
Especialidades
Pescados y arroces
Horarios
Carácter mediterráneo
El Parador de Aiguablava es un lugar tranquilo y familiar donde la desconexión está asegurada. Las vistas son un auténtico espectáculo desde casi todas las estancias, incluido el spa. Es uno de los rincones más especiales de este Parador. Darte un baño relajante o descansar en la sauna mientras admiras la cala de Aiguablava es una experiencia única.
El arte es una de las características más destacadas del Parador de Aiguablava. En sus paredes podrás disfrutar de una parte de la destacada obra contemporánea catalana presente en la colección artística de Paradores. Un homenaje a los grandes del arte contemporáneo catalán que acoge conocidos nombres como Rafael Durancamps, Antoni Clavé, Dalí, Tàpies o Miró, entre otros. La muestra recoge también una amplia representación de obra gráfica y algunos óleos de gran formato como “Monegros” de José Beulas, “Cennino Cennini o el libro del arte” de Modest Cuixart o una interesante pintura abstracta de Joan Hernández Pijuán.
Paisajes, bodegones, retratos, imágenes surrealistas, obras informalistas… conviven con el impresionante paisaje y la luz tan característica de Aiguablava, para dar lugar a un espacio inspirador en el que se funden arte, gastronomía y naturaleza.
