Domingo
Comenzamos itinerario en la monumental ciudad imperial cuyo Parador, de inspiración mudéjar y enclavado en un antiguo cigarral, ofrece desde la otra orilla del Tajo la mejor vista panorámica de la también conocida como la Ciudad de las Tres Culturas.
Con el título de Ciudad Patrimonio de la Humanidad y Bien Cultural, Toledo se alza en un promontorio rodeada por el río Tajo. Destacan en su perfil los monumentos más emblemáticos: el imponente Alcázar, , testigo de la historia más reciente, la magistral Catedral Primada en el centro de su casco histórico, el Monasterio de San Juan de los Reyes, la Puerta de Bisagra y sus puentes, las sinagogas y mezquitas, los numerosos monumentos, los museos y pasear por sus parques y jardines. También son imprescindibles la Plaza de Zocodover y la Iglesia de Santo Tomé, que guarda el famoso cuadro de El Greco, “El entierro del Conde Orgaz”.
La capital manchega tiene suficientes atractivos para ocuparnos todo el día, pero la iluminación de sus edificios históricos constituye otro de sus encantos. Hay posibilidad de hacer tours nocturnos por el Toledo misterioso o el de los templarios o pasear por las calles, sin rumbo fijo, disfrutando del ambiente y su centro histórico, uno de los más impresionantes del país.
Si ya conoces la urbe o dispones de tiempo te recomendamos el parque temático Puy du Fou, un impresionante espectáculo en el que revivirás 1.500 años de la historia y cultura española con un montaje audiovisual que te dejará sin palabras.
Disfruta en el restaurante del Parador de las singulares recetas de la consistente y sabrosa gastronomía toledana que bebe de la cultura cazadora y pastoril. Hay que probar sí o sí una perdiz a la toledana, una tabla de queso manchego o el mazapán, tres de los productos estrella de la ciudad.