El castillo es el edificio más representativo de Sigüenza junto con la catedral, conocida por la famosa escultura del Doncel. En la villa podemos visitar también la iglesia románica de San Vicente, el Palacio Episcopal, la iglesia renacentista de Nuestra Señora de los Huertos y el convento de San Francisco. Si quieres conocer los alrededores de Sigüenza, a unos pocos kilómetros está el Parque Natural del Barranco del Río Dulce. Hay rutas para recorrer los bosques y el cañón del río a pie o en bici. En la provincia de Guadalajara puedes visitar también el Hayedo de Tejera Negra, los pueblos de la Arquitectura Negra o los campos de lavanda de Brihuega.

Santo Domingo de la Calzada tiene en su Catedral la joya del patrimonio local. Una construcción de arquitectura protogótica en la que destaca el retablo mayor, una joya de la escultura renacentista española. Su casco histórico está lleno de tesoros en forma de casonas, palacios e iglesias, como la de San Francisco, adyacente el Parador de Santo Domingo Bernardo de Fresneda. Santo Domingo de la Calzada es también un buen punto de partida para realizar la Ruta del Vino visitando la cercana localidad de Haro y sus bodegas. También para conocer pueblos cercanos como Briones, Cuzcurrita del Río Tirón y su fabuloso patrimonio, y Nájera. Destacan en su entorno las localidades de San Millán de la Cogolla, cuna de la lengua española, y Ezcaray, destino deseado por los amantes de los deportes de invierno por la estación de esquí de Valdezcaray.

Santillana del Mar fue declarada monumento nacional por ser una de las localidades más ricas en patrimonio histórico-artístico del país. Es también una de las villas más singulares de Cantabria, de fama mundial por hallarse en su término municipal las pinturas prehistóricas de las cuevas de Altamira, considerada la Capilla Sixtina del arte rupestre. Actualmente el acceso a las pinturas se encuentra restringido. En el Museo Nacional y Centro de Interpretación de Altamira puede verse una réplica exacta de la cueva. A tan solo 2 kilómetros del pueblo está el zoológico, y a poco más de 15 kilómetros encontrarás el precioso pueblo de Comillas, custodiado por el mar Cantábrico. Y muy cerca de su centro histórico se encuentran las playas de Santa Justa y Ubiarco.

Histórica y tradicional, el espectacular entorno de Ronda invita a pasear por ella sin prisa, apreciando su herencia árabe en la orilla sur del Guadalevín, cruzando el emblemático Puente Nuevo y caminando por las avenidas repletas de vegetación de la Alameda del Tajo hasta llegar a la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería. En tu camino, te sorprenderán hermosos edificios como los palacios de Mondragón y Salvatierra. Y si nos visitas en septiembre, podrás asistir a las fiestas de Pedro Romero, cuando Ronda se viste de fiesta y celebra su tradicional feria y corrida goyesca.

 

Pero la belleza de Ronda también se extiende a su entorno. A poca distancia, podrás explorar la herencia romana de la región en el yacimiento de la antigua Acinipo, o recorrer la Ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz para descubrir los rincones más bonitos de la zona. Si te gusta la naturaleza, también puedes visitar los parques naturales de la Sierra de las Nieves, la Sierra de Grazalema o Los Alcornocales, y los aficionados al motor no pueden perderse la posibilidad de pilotar en el conocido circuito Ascari.

El Duque de Lerma convirtió a la villa en el lugar de recreo para reyes, nobles, políticos y cortesanos. Además de mandar construir su palacio, el actual Parador, gracias a Francisco Gómez de Sandoval-Rojas se creó en Lerma una importante red de conventos y monasterios. Destaca la Colegiata de San Pedro, que fue construida en el siglo XVII y cuenta con dos órganos de la época. También podemos aprovechar la visita a Lerma para acercarnos a otras villas monumentales del Valle del Arlanza como Covarrubias, Santo Domingo de Silos o Salas de los Infantes.

La Palma está repleta de paisajes de naturaleza salvaje. El más espectacular es el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. Es un circo de más de 8 kilómetros de diámetro con forma de caldera, con escarpados barrancos, arroyos y cascadas y cubierta de bosques de pino canario. Si eres aventurero, puedes adentrarte por uno de sus empinados senderos. Si no, siempre puedes asomarte al borde de la caldera desde el mirador de La Cumbrecita. Otra de las visitas imprescindibles de la isla es el mirador del Roque de los Muchachos en el punto más alto de la isla. Otros rincones especiales de la isla son los barrancos, como el de Los Hombres o el de La Luz, las salinas de Fuencaliente o las piscinas naturales de Charco Azul.

La Tacita de Plata, como se conoce a Cádiz, invita al paseo. Es una de las ciudades más antiguas de Europa. Fue fundada en el año 1100 A.C. por los fenicios. Los romanos la usaron como base marítima y más tarde fue tomada por los musulmanes. La ciudad disfrutó de su edad de oro en los tiempos del comercio con las Américas en el siglo XVIII y hoy es una de las ciudades andaluzas más visitadas. Te enamorarás de su centro histórico, sus rincones y múltiples opciones culturales. Si el turismo activo es lo tuyo, en el Parador de Cádiz podrás también practicar deportes acuáticos y de aventura (ambos bajo petición), alquilar una bicicleta para recorrer la ciudad (pregúntanos por las tarifas), pasear en barco, ir al gimnasio y darte un masaje. Y los más pequeños pueden disfrutar de la animación infantil.

El valle de Bielsa es un territorio de montaña ubicado en el Pirineo Salvaje. A las puertas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, y a pocos kilómetros del Pirineo francés y sus pistas de esquí. El casco histórico de la villa de Bielsa está compuesto de encantadoras casas rurales y construcciones románicas como la ermita de Nuestra Señora de Pineta y a media hora de distancia en coche se encuentra L’Ainsa, la villa medieval más grande de España. El entorno natural ofrece amplias posibilidades para practicar deporte: senderismo, subidas a los picos del valle, barranquismo y descenso de cañones por sus espectaculares gargantas, y rutas en BTT. También puedes realizar una excusión guiada en 4x4 a los miradores de Ordesa que incluye picnic con productos artesanos y entrada libre para visitar un museo de naturaleza (FCQ). Pídenos información en el Parador.

El Parador de Argómaniz se encuentra en un espacio único, a solo 12 kilómetros de Vitoria, capital verde y cosmopolita de la provincia. La mejor manera de conocerla es paseando por su casco histórico, donde te maravillarán sus palacios, parques y por supuesto la Catedral Vieja de Santa María, que inspiró al escritor Ken Follett para su novela Los pilares de la Tierra. Bilbao, San Sebastián, Burgos o Logroño se encuentran a menos de 100 kilómetros. ¿Quieres conocer Vitoria de otra manera? Adéntrate en los Humedales de Salburua, recorre el Paseo de la Senda o descubre su lado más artístico con su ruta de arte urbano.

 

Álava es cultura y naturaleza. Sus paisajes poblados de construcciones prehistóricas te llevarán al Parque Natural de Garaio, justo frente al Parador, o al embalse de Ulibarri-Gamboa, una de las pocas playas interiores con bandera azul de España. También podrás visitar las queserías tradicionales de la zona y las bodegas de la Rioja Alavesa, sin olvidar el Santuario de Estibaliz, patrona de Álava. Y los más aventureros podrán realizar el ascenso al Monte Gorbea. Además, su enclave estratégico permite descubrir las capitales del norte de España sin realizar grandes desplazamientos.

Alarcón es una pequeña villa medieval rodeada por el río Júcar, declarada Conjunto Histórico Artístico en 1981. Cuando pasees por sus preciosas callejuelas, te sorprenderá la variedad y belleza de sus monumentos: desde palacios, como el del Concejo o el de los Castañeda, hasta numerosas iglesias como las de Santo Domingo de Silos y la de Santa María, cuya diversidad estilística demuestra la relevancia de Alarcón hasta bien entrada la Edad Moderna. Tampoco puedes perderte las Pinturas Murales de Jesús Mateo en la hoy desacralizada iglesia de San Juan Bautista, patrimonio de la UNESCO desde 2005.

 

La muralla que rodea la villa se conserva casi íntegra, junto con las puertas del Campo, del Calabozo y del Bodegón. Además, en el pequeño istmo encontrarás la Puerta del Calabozo y la Torre de Armas del castillo, ambas del siglo VIII. En su exterior el Parador está rodeado por el río Júcar y su embalse cercano, lugar idóneo para practicar deportes acuáticos o bañarte en sus playas de interior. Si prefieres el senderismo no puedes perderte los rincones que ofrece la ruta por la Hoz de Alarcón.