Viernes y Sábado
Enfilando hacia Córdoba, a medio camino nos topamos con Écija, en el valle del Genil, considerada uno de los centros artísticos más importantes de Andalucía y cuyo pasado señorial nos ha legado una ciudad dominada por sus grandiosas torres y cúpulas barrocas.
Seguimos camino hacia nuestro destino: Córdoba, la legendaria ciudad de los Califas que fue el sueño hecho realidad de Abd-al Rahman I, capital del califato Omeya y centro de la sabiduría de Occidente durante dicho periodo. Ciudad Patrimonio de la Humanidad, su Mezquita -con su – con su colosal sala de oración con casi un millar de columnas unidas por arcos de herradura- es el monumento más importante de todo el Occidente islámico, y uno de los más asombrosos del mundo. También es de destacar la Sinagoga, las murallas, el puente romano, las caballerizas reales... o museos tan interesantes como el Julio Romero de Torres, el Arqueológico, el Taurino o el Museo de Bellas Artes.
Merece la pena perderse por los bellos rincones de uno de los entramados urbanos más complejos y ricos, con espacios llenos de embrujo y sensualidad y dejarse sorprender por los emblemáticos patios, con su colorida explosión floral.
A ocho kilómetros de Córdoba, no puedes dejar de visitar la fabulosa y misteriosa ciudad que Abd-al Rahman III mandó construir a los pies de Sierra Morena, la bella Medina Azahara, con nombre e historia de leyenda.
Y no olvides pegarte un homenaje dando buena cuenta de un salmorejo cordobés y un delicioso estofado de rabo de toro.
También es de destacar la Sinagoga, las murallas de la ciudad, el puente romano, las caballerizas reales... o museos tan interesantes como el Museo Julio Romero de Torres, el Museo Arqueológico, el Museo Taurino o el Museo de Bellas Artes. Perderse en los bellos rincones de Córdoba es un placer para todos los sentidos, la ciudad muestra uno de los entramados urbano más complejos y ricos de la ruta, con espacios llenos de embrujo y sensualidad.