Junio tiene su propio encanto: el sol ya calienta, pero es agradable, las playas comienzan a llenarse, pero aún hay hueco para muchas tumbonas, el ambiente huele a vacaciones, pero sin el bullicio de pleno verano. Es ese momento perfecto en el que el verano empieza a asomarse, pero sin todo el revuelo que trae consigo más adelante.
Si lo tuyo es saborear la esencia de los destinos de verano, entonces ya sabes que junio, igual que septiembre, es una joya para escaparse. Pero hoy, centrémonos en el primero… porque junio es ese adelanto exclusivo del verano que está por venir.