A dos horas de viaje por carretera desde Madrid por la A1, en la provincia de Burgos, encontrarás la villa ducal de Lerma, un destino en el que sentirás el peso de la historia al cruzar la puerta de su Parador, un palacio construído en el siglo XVII por orden de Francisco de Sandoval y Rojas, valido del rey Felipe III y más conocido como Duque de Lerma.
El duque de Lerma convirtió esta villa en centro de toma de decisiones más allá de los pasillos de la corte, un lugar en el que gobierno y placer se mezclaban a diario. Su plaza fue en su momento considerada como modelo urbanístico y es uno de los lugares más fotografiados por los viajeros que se acercan a este rincón de la provincia de Burgos.
¿Una curiosidad? En aquel momento sólo los reyes podían construir edificios con cuatro torres, pero el Duque de Lerma hizo caso omiso...como podrás observar nada más llegar a la villa.
El Palacio Ducal fue construído bajo la dirección arquitectónica de Francisco de Mora y en su interior llama la atención el Patio de Bolaños, un lugar perfecto para tomar un aperitivo y disfrutar de la paz y de la majestuosidad de este Parador.
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Bajo la mano del Duque de Lerma la villa se convirtió en todo aquello que pudiera tener al rey distraído. El conjunto palacial fue el centro de una red de pasadizos que unían el Palacio con los edificios religiosos de la villa. Las monjas del convento llegaban a través de estos pasadizos a la Colegiata de San Pedro, iglesia donde se celebraba misa, hasta llegar a un espacio reservado para ellas alejadas del resto de feligreses y que, dado su carácter alejado, hizo pensar en su momento que eran ángeles los que cantaban al señor durante el servicio religioso.
Uno de los conjuntos histórico artísticos mejor conservados es una joya del Herreriano más puro de España y también conocido como el pequeño Escorial de Burgos. Además, en esta ciudad medieval, podrás encontrar La Colegiata de San Pedro y otros monumentos como: el arco, y el puente de la cárcel, el convento de San Blas, o el de Santo Domingo, el Pasadizo del Duque o son algunas joyas que no puedes dejar de visitar. Y tambien muy conocida por su Fiesta Barroca.
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Lerma es, en definitiva, un destino de viaje para los amantes de la historia y de la arquitectura, perfecto para una escapada tranquila y cultural en la que podrás seguir descubriendo otros secretos y curiosidades que han acompañado a esta villa ubicada en la Denominación de Origen Arlanza a lo largo de los siglos.
Un plan de enoturismo y gastronomía te espera aquí porque el Parador cuenta con dos espacios gastronómicos en los que saborear recetas y platos con productos de cercanía. En el restaurante tradicional el lechazo es el rey, y en la Bodeguita (con chimenea encendida cuando llega el invierno)encontrarás raciones y picoteos perfectos para compartir.
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