Fundada en el año 25 a.C. por el emperador Augusto, Mérida acoge hoy el más importante yacimiento romano de la península. La mejor forma de conocerla es paseando por sus históricas calles, donde descubrirás monumentos espectaculares como el Anfiteatro, el Circo o el Teatro romano, que desde 1933 acoge cada año el Festival Internacional de Teatro Clásico. Además, no puedes perderte el Museo Nacional de Arte Romano y la magnífica herencia árabe de la ciudad, presente en su Alcazaba y en el Conjunto Arqueológico de la Morería.

 

Pero Mérida es mucho más que ella misma. A su alrededor, podrás encontrar construcciones prehistóricas como el Dolmen de Lácara y los enterramientos de Huerta Montero, o visitar los embalses romanos de Proserpina y Cornalvo, donde podrás relajarte en sus zonas de baño y chiringuitos. Si te gusta la naturaleza, te sorprenderá la belleza del Parque Natural de Cornalvo y, un poco más lejos, la enorme riqueza biológica del Parque Nacional de Monfragüe. Y si lo tuyo es el golf, podrás encontrar un excelente campo donde practicarlo a solo 8 kilómetros de la ciudad.

“Al pie de cien montañas que se elevan alrededor”, comienza una canción local, se alza la villa de Cangas de Narcea, a solo dos kilómetros del Parador. La mejor forma de conocerla es pasear por sus hermosas calles empedradas, repletas de casonas, palacios e iglesias, reflejo del linaje de los primeros reyes astures. Además, la belleza tradicional de la región combina preciosos edificios típicos como el Molino de Villajur y monumentos como el Santuario de la Virgen del Acebo, uno de los templos marianos de Asturias.

 

Pero Cangas de Narcea es ante todo, paraíso natural. En las antiguas caballerizas del monasterio de Corias se encuentra la Casa del Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, donde encontrarás un punto de partida para todo tipo de actividades de senderismo y aventura en este enclave mágico. Tampoco puedes dejar de visitar la Reserva Natural del Bosque de Muniellos, el mayor robledal de España, donde conviven el oso pardo y el urogallo, emblemas de la fauna asturiana. Además, Cangas del Narcea es la cuna del vino D.O. Cangas, y en ella podrás visitar su museo, bodegas y viñedos.

Para conocer Zafra lo mejor es empezar en sus murallas. Una de las entradas más bellas es la Puerta de Jerez. Desde ahí puedes recorrer sus calles e ir descubriendo sus singulares edificios y monumentos, destacados como Conjunto Histórico-Artístico de Interés Nacional. Destacan el Alcázar de los Duques de Feria, hoy Parador de Turismo; la Colegiata de Santa María de Candelaria, el Monasterio de Santa Clara, el Convento de Santa Catalina, las iglesias de Santa Marina (adosada al Alcázar) y del Rosario, además de sus plazas Grande y Chica, Plaza de España o Plaza del Alcázar. Muy cerca de Zafra puedes visitar el curioso e imaginativo Capricho de Cotrina, el Castillo de Feria o las localidades de Burguillos del Cerro y Jerez de los Caballeros. Para los amantes de la naturaleza se reservan el Parque de Cornalvo, la Sierra de Hornachos, la Sierra de Tentudia o la Sierra de Aracena. Todos ellos buenos destinos para la práctica de actividades al aire libre.

La Tacita de Plata, como se conoce a Cádiz, invita al paseo. Es una de las ciudades más antiguas de Europa. Fue fundada en el año 1100 A.C. por los fenicios. Los romanos la usaron como base marítima y más tarde fue tomada por los musulmanes. La ciudad disfrutó de su edad de oro en los tiempos del comercio con las Américas en el siglo XVIII y hoy es una de las ciudades andaluzas más visitadas. Te enamorarás de su centro histórico, sus rincones y múltiples opciones culturales. Si el turismo activo es lo tuyo, en el Parador de Cádiz podrás también practicar deportes acuáticos y de aventura (ambos bajo petición), alquilar una bicicleta para recorrer la ciudad (pregúntanos por las tarifas), pasear en barco, ir al gimnasio y darte un masaje. Y los más pequeños pueden disfrutar de la animación infantil.